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Al inicio no sabía mucho sobre el tema del aborto, ni porqué era una de las banderas de los movimientos de mujeres en el mundo. Coincidí con varias compañeras feministas en espacios de lucha sexodiversas, ellas me explicaron y pude conocer más sobre esta lucha. Ahora soy un militante convencido del derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo.
En mi proceso de búsqueda, conocí la historia de
Giovanna Mérola, una de las pioneras por el derecho al aborto en el continente. Ella murió hace muchos años, pero varias feministas me contaron de su vida, y de un libro que ella publicó en 1979. Se llamaba “En defensa del aborto en Venezuela”. Imagínense ese título hace más de 30 años. Incluso ahora, estoy seguro que levantaría roncha.
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El cuento es que cuando trabajé en el diario, me propuse meter en sus páginas el debate sobre el aborto en Venezuela. Mi jefa de la sección de Ciudad le gustó la idea y me asignó un trabajo para la página “Ser mujer”.
Así nació la nota de abajo. En este primer texto, yo quería hacer énfasis en el aspecto social del aborto. Las mujeres ricas van a una clínica privada, les hacen un aborto y se lo cobran como un “curetaje” y listo. Las pobres no pueden pagar un aborto en condiciones higiénicas y en la mayoría de los casos terminan muriéndose.
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Una anécdota detrás del texto. La primera diseñadora que me asignaron para la página era todo un personaje: floja, conflictiva y mediocre. Ella se negó a hacer el diseño que le pedía. Yo ya había trabajado como diagramador en ese mismo diario, así que sabía que lo que yo pedía sí se podía hacer.
Usé mis contactos con otros diagramadores y una compañera me montó esta belleza de página, en total sintonía con el sentido del reportaje.
La primera diseñadora intentó bloquearme el cambio de página, pero no pudo. Después intentó bloquearme la publicación de la foto de
Giovanna Mérola en la página, por supuestas “razones técnicas”. Imagínense. Esa foto era importantísima.
Yo, como buen periodista, me moví, fui a hablar directamente con el equipo de retoque fotográfico, y conseguí que me aprobaran la foto de
Giovanna.
Cuando iba saliendo de la oficina de retoque fotográfico, ¿a quién me encuentro? A la tipa conflictiva hablando con la jefa de ese departamento, diciéndole que no podía aprobarme la foto. Muy tarde para ella. Ya me la habían aprobado.
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Así nació esta página. Así conocí la vida de
Giovanna Mérola.
Después de ese trabajo, me propuse transcribir el libro de Giovanna “En Defensa del aborto en Venezuela” y ponerlo de manera gratuita en internet. Su madre y su viudo me dieron luz verde, pero no pude terminar ese trabajo. Es una tarea pendiente.
Hoy comparto el texto que hice para el diario. Espero que les guste.