lunes, 9 de noviembre de 2015

La fuerza oculta de Oswaldo Reyes


Hace años encontré el libro “De eso no se habla: la huella del SIDA en Venezuela” de Albor Rodríguez. Recoge los primeros años de la epidemia en el país. Ella entrevistaba a varias personas vinculadas con la enfermedad, médicos, pacientes, activistas.

Me tranqué en el capítulo de Mikel de Viana, un sacerdote jesuita y profesor de la Ucab. Unos meses antes, un amigo me confesó que este sacerdote lo había acosado sexualmente y él estuvo a punto de dejar la universidad por la presión de este profesor. Me daba naúseas leer las respuestas de Mikel. Así que paré el libro por varios meses.

Varios años después vino el golpe de estado contra el presidente Hugo Chávez y Mikel de Viana salía en los videos de Miraflores en plena juramentación de Pedro Carmona.

En fin, es un personaje realmente miserable.

El cuento es que uno de los entrevistados de Albor Rodríguez era Oswaldo Reyes, activista LGBT y fundador del Movimiento Ambiente (MAV), la segunda organización sexodiversa venezolana.

En esos años, mediados de los 90, Oswaldo era uno de los pocos que se atrevía a salir en los medios de comunicación venezolanos diciendo que era gay.

En septiembre del año 2005, Oswaldo murió. Santiago Farías nos hizo llegar la noticia por correo. Recordé esta entrevista y transcribí algunos párrafos de las respuestas de Oswaldo.

Acá mi reseña del libro de Albor Rodríguez (1996). “De eso no se habla: la huella del SIDA en Venezuela” Premio Hogueras 1996. Caracas: Alfadil Ediciones y Exceso.

Acá una reseña biográfica que hice de Oswaldo para mi tesis de grando

Acá la historia de Igual Género, la revista que creó y editó Oswaldo Reyes

Fuerza oculta
Oswaldo Reyes (1961-2005), Coordinador del MAV

“Oswaldo Reyes tiene un discurso sobre la vida homosexual que no dudaría en llamar “profesional”. Habla con conocimiento de causa. Para él la palabra discriminación sólo podría estar escrita con letras mayúsculas. (…) Estudió trabajo social, pero su agenda tiene una única seña:

-¿Qué recuerdos tiene de la fundación del MAV?
-Yo soy homosexual, y muchas cosas rondaban mi cabeza el día que junto a unos amigos fundé el Movimiento, una alternativa de organización para que tantos como yo no crecieran con el nivel de rechazo de siempre: el homosexual es un pecador, la homosexualidad es una enfermedad. El Movimiento lo registramos el 9 de diciembre de 1993, aunque ya desde 1992 veníamos reuniéndonos, conversando, y viendo cómo podíamos hacer para fundar una asociación civil que abogara por los derechos humanos de los gay y lesbianas en Venezuela.

(…)

La revista Igual Género está funcionando desde 1993, y allí se habla específicamente de nuestra sexualidad, de nuestro país, y de nuestros derechos. En un principio la financié yo mismo, pero ahora tenemos publicidad y la revista se vende increíblemente. Empezamos sacando 2 mil ejemplares, actualmente sacamos 5 mil… y la gente los compra.

(…)

Después que creamos el Movimiento, nos dimos cuenta de que había muchas personas que querían pertenecer a la asociación y empezamos a buscar recursos para nuestro funcionamiento. Así creamos un fondo, en el que cada uno aporta mil bolívares mensuales. Este nos sirve para sacar trípticos, adquirir condones, hacer campañas de prevención. En 1994, introdujimos en la Unión Europea, y a través del Ministerio de Sanidad, un proyecto de prevención del SIDA en la comunidad homosexual. (…) La idea es dar educación sexual, talleres de autoestima, derechos humanos y, por supuesto, de prevención del SIDA, sobre sexo seguro.

(…)
 
-¿Se siente feliz con cada nuevo homosexual que llega al grupo?
-Mi felicidad es relativa. Me hace infeliz ver que todo se queda allí y que no somos capaces de asumir una conciencia política de nuestra condición. No somos capaces de decir ‘hasta aquí llegó esto, vamos a enfrentar las cosas de otra manera’ (…). Me hace infeliz ver tanta pasividad en mis pares.

(…)

-¿Qué proponen ustedes?
Proponemos avances, porque nosotros queremos que de alguna forma el Ministerio de Educación o el Estado venezolano asuman que la educación sexual es necesaria en este país, porque si hubiese educación sexual, quizás, hubiese menos problemas, sobre todo con los homosexuales, con las trabajadoras sexuales y con todas las minorías.
***

Si quieres leer el libro completo, acá los datos:
Albor Rodríguez (1996). “De eso no se habla: la huella del SIDA en Venezuela” Premio Hogueras 1996. Caracas: Alfadil Ediciones y Exceso.

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