viernes, 1 de noviembre de 2013

Mi experiencia en la tuitósfera

No soy muy fanático de la tecnología. Por eso, no le veo mucho sentido a esta moda de abrir perfiles en cuanta red social aparezca.

Empecé a usar el tuiter cuando organizábamos las Tertulias de la Diversidad Sexual de Caracas.

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Fue un proceso de aprendizaje. Lo primero que hice con @TertuliasDSx fue agregar a todo el que siguiera cuentas sobre diversidad sexual. Al poco tiempo, descubrí que Tuiter pone un techo de 2 mil usuarios. Si quiero seguir a más gente, debo esperar que más personas me sigan.

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Lo segundo que descubrí del tuiter, es que la gente suele liberar a sus demonios internos. De ese gentío que agregué, la mayoría eran opositores al presidente Chávez, pero no se trataba de cualquier oposición. Eran racistas, fascistas, xenófobos, homofóbos, misóginos... realmente esa gente drenaba odio a través del tuiter.

Por varias semanas me contuve de responderles, porque la cuenta de las Tertulias era grupal, no personal; pero un día no aguanté y le grité a uno RACISTA.

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Tras el incidente, dejé de seguir a todo el que escribiera pendejadas personales en su tuiter y conservé sólo las cuentas vinculadas a sexodiversidad, feminismo y VIH.

Eliminé muchas cuentas y pasamos de dos mil seguidores a un poco más de doscientos. Fue un trabajo lento, pero productivo. El muro de las tertulias terminó siendo un breaking news sobre los tres temas que me interesaban.

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En 2012 dejamos de organizar las tertulias. La actividad ya había cumplido su misión, así que sin muchos aspavientos, bajamos la santamaría.

En ese momento creé la cuenta @BitacoraDsx para difundir las notas de mi blog Bitácora Sexodiversa. Lo primero fue agregar las 200 cuentas que seguía en las tertulias.

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Inicialmente sólo podía tuitear si me conectaba. Gracias a la asesoría de mi querida Evelin, una compañera del trabajo, descubrí Hootsuite. Ahora puedo programar los mensajes durante todo el día, sin necesidad de entrar a mi cuenta.

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Con la muerte del presidente Chávez, perdí mi capacidad para leer insultos al gobierno bolivariano y quedarme callado. Desde el 5 de marzo de 2013 he eliminado a un gentío de mis contactos de feisbu y tuiter.

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Como @BitacoraDSx es mi cuenta personal, ahora me di permiso para hablar sobre otros temas, como política, integración latinoamericana y movimientos sociales. Todo esto, sin dejar de difundir las notas de mi blog.

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A principios de 2013 perdí mi celular. No era la primera vez. Pensé que era tiempo de cambiar de compañía. Dejé Digitel y compré Movilnet.

Justo en ese momento estaban llegando al país los celulares que podían sintonizar televisión digital abierta, así que compré uno. El aparato tiene guasap y me permite conectarme a feisbu y tuiter.

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Poco a poco, en la tuitósfera, he ido descubriendo una comunidad global de personas que defienden causas en las que creo. Activistas de izquierda, antineoliberales, ecologistas, feministas, etc.

Así he ido agregando a los compas chilenos de Movilh, las centroamericanas que luchan por el derecho al aborto, los españoles que se oponen a las corridas de toro, las mexicanas contra la privatización de Pemex, los ecuatorianos y costarricenses que impulsan el matrimonio igualitario, los colombianos que organizan el Ciclo Rosa Académico.

También he conocido a los yayo flautas españoles, abuelitos y pensionados que luchan contra los recortes neoliberales en las calles; a los estudiantes chilenos que exigen una educación pública gratuita y de calidad; los colectivos de hombres nicaragüenses que impulsan una nueva masculinidad.

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Ahora es muy rico entrar al tuiter. Cada vez que me conecto, siento que formo parte de un gentío que lucha por un mundo mejor, más justo y solidario. Veo como en otros países pelean para sacar a la derecha del gobierno y aquí luchamos para que no regrese al poder.

Hace poco cambié la presentación de mi blog y de mi tuiter. Ahora @BitacoraDSx se parece más a mí.

Además, el número de seguidoras y seguidores se ha disparado. Estoy a punto de alcanzar los 700 seguidores. Todo eso me alegra un montón.

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