Crónica de una entrevista
Fue difícil hacer este capítulo. El Movimiento Ambiente de Venezuela y su revista Igual Género eran dirigidos por Oswaldo Reyes. Me costó conseguirlo a él, pero además me costó conseguir gente que quisiera hablar de su experiencia con él. Oswaldo generaba emociones intensas: o lo amabas o lo odiabas, pero nunca el término medio.
Al final lo conseguí gracias a Ases de Venezuela. Él estaba viviendo en Santa Teresa del Tuy, una ciudad satélite a dos horas de Caracas. Yo vivo en otra ciudad satélite, en Guatire.
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Subí a Caracas bien temprano. Tenía que pasar por la universidad que está en el otro extremo de Caracas. Me reuní con mi tutora y luego del mediodía salí hacia Santa Teresa del Tuy.
En esa época no existía el ferrocarril. Ir de Caracas a esa zona te tomaba de dos a tres horas diarias, SIN COLA. El viaje me pareció interminable. Al final llegué, cerca de las 6 de la tarde. Estaba oscureciendo.
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Oswaldo me recibió en una tasca/disco que supuse era de él. Estaba cerrada. Hicimos la entrevista y a cinco minutos para las 7 de la noche me estaba despidiendo.
Tuve que apurarme. El terminal cerraba a las 7 de la noche. A esa hora salía el último autobús a Caracas. Igual que en mi tierra.
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No recuerdo mucho del viaje de regreso. Solo sé que llegué molido a mi casa. Literalmente molido. Eso fue un viernes. Pasé el fin de semana en cama. El lunes fui al médico y me dijo que tenía Hepatitis A y debía tomar 3 meses de reposo.
Al principio pensé que me había enfermado por el almuerzo que comí en la universidad ese viernes, pero leyendo descubrí que el virus de la Hepatitis necesita una o dos semanas para incubarse.
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Me tomó cuatro meses recuperarme. Dos meses después retomé la tesis. La entrevista con Oswaldo fue la última que hice.
Unos años después Oswaldo me escribió al correo proponiéndome que escribiera su biografía. Le di las gracias por la oferta y la confiaza, pero mi trabajo era muy absorvente.
En 2005 me llegó la noticia de la muerte de Oswaldo. Queda pendiente la tarea reconstruir la historia del Movimiento Ambiente de Venezuela y su creador, Oswaldo Reyes, con todos sus aciertos y errores, luces y sombras.
A continuación puedes leer la historia de Igual Género. Aunque oficialmente era la publicación del Movimiento Ambiente de Venezuela, la revista la hacía Oswaldo Reyes de manera paralela a las actividades del MAV, con poca o ninguna participación de otros integrantes.
Contexto
Una década de silencio
Diez años después de conocer el SIDA, el colectivo homosexual y lésbico venezolano no había podido reorganizarse. Primero, la enfermedad causaba estragos en la población gay, los sitios de encuentro como los saunas y los bares estaban casi desiertos. Segundo, los operativos de «profilaxia social» de los cuerpos policiales se incrementaron, frenando cualquier iniciativa en este campo.
Para el profesor Tomás Estraka, este lapso de casi 14 años puede ser el tiempo necesario para que una nueva generación de gays y lesbianas creciera al lado del SIDA y supiera cómo protegerse.
A mediados de 1983 Entendido publicó su último número y se disolvió poco tiempo después. Muchos de los activistas homosexuales de esos años, como José de Santis y Julio Vengoechea, murieron por el VIH. En 1984 el Ministerio de Salud y Asistencia Social (MSAS) creó la Comisión de SIDA que luego se conocerá como la Oficina de Prevención y Lucha Contra el SIDA (OPL). Tres años después Edgar Carrasco trabajó como asesor jurídico de la OPL.
Cuando muchos amigos de Carrasco murieron por el VIH, él decidió crear en 1987 Acción Ciudadana Contra el SIDA (ACCSI), una de las primeras organizaciones no gubernamentales del país que luchó para proteger los DDHH de los seropositivos y sus familiares.
A finales de los ochenta en Venezuela comenzó a funcionar de manera tímida un capítulo de la Red Global de personas que viven con VIH y poco a poco se incorporaron otras iniciativas del sector comunitario en la lucha contra la epidemia. No obstante, en más de una década no quedó registro de alguna iniciativa destinada exclusivamente a LGBT.
Los agitados noventa
Los años noventa fueron un etapa movida para la vida política del país. En 1989 Carlos Andrés Pérez aplicó un paquete neoliberal que originó El Caracazo. Su gobierno vivió dos intentos de golpes de estado en 1992 y finalmente el Congreso retiró al mandatario de su cargo para que enfrentara a la justicia por hechos de malversación de fondos.
Después de la transición, Rafael Caldera llegó a la presidencia con una gran crisis bancaria. Lo que comenzó con el Banco Latino, terminó provocando un efecto dominó y miles de venezolanos observaron como muchos de sus ahorros quedaron represados.
Carrasco debió esperar diez años de silencio para ver otra iniciativa de liberación de los LGBT. El 9 de diciembre de 1993 Oswaldo Reyes registró el Movimiento Ambiente de Venezuela (MAV) la segunda organización del país que trabajaba exclusivamente con minorías sexuales. Al año siguiente se publicó Igual Género, la revista de esta asociación.
El MAV fue testigo de aquellos años agitados. Frente al nacimiento de nuevos partidos políticos en 1998 se estudió la posibilidad de crear un partido político LGBT, pero esta propuesta no se concretó. Para ese momento la revista ya no se editaba.
Con la llegada de Hugo Chávez al poder se convocó una Asamblea Constituyente para redactar una nueva constitución. Reyes logró reunir las firmas necesarias para postularse a esta asamblea, pero no obtuvo la cantidad de votos necesarios para integrar la constituyente. Reyes fue el primer candidato abiertamente homosexual de Venezuela. En las siguientes páginas se presenta parte de la historia de Igual Género, la revista del MAV.
Perfil de la publicación
La revista para toda la comunidad LGBT
Igual Género fue el «órgano divulgativo del Movimiento Ambiente de Venezuela» que se publicó en el área metropolitana desde 1994 hasta 1997. La dirigió Oswaldo Reyes y contó con una amplio grupo de colaboradores, entre los que se encontraron Edgar Carrasco, Sandy Tucci, Teresa López, Evan Romero, Ybis Infante y Fernando Bianco.
Fue la única publicación venezolana que intentó de manera consciente llegarle a todos los sectores de la comunidad LGBT. Sólo Igual Género dedicó al menos una portada a los homosexuales, las mujeres lesbianas, los hombres y las mujeres bisexuales y los hombres y las mujeres transgéneros.
En las reuniones del MAV no se hablaba de la preparación de la revista, Reyes manejaba los dos asuntos como cosas separadas. Él era el editor, tomaba las decisiones y era el motor principal de la publicación.
El formato fue tamaño carta, se imprimieron entre 3 mil y 5 mil ejemplares y se reprodujeron en Viso Comunicaciones. La periodicidad esperada era bimestral, pero fue irregular. Se hicieron 12 ediciones (del 0 al 11). La revista se vendió en 100 bolívares en los primeros números y 500 bolívares en los últimos. En varias oportunidades se encartaron preservativos y lubricantes donados por el MSAS y la Venezuelan Gay and Lesbian Association (VGLA). La distribución la hacía el mismo equipo en el área metropolitana, en algunos quioscos y librerías de Chacaíto, en los sitios de encuentro de la comunidad LGBT y por correo al interior del país (sólo suscripciones).
Tenía depósito legal y en la Biblioteca Nacional se pueden revisar los ejemplares 0, 1, 2, 3, 4, 7, 8 y 10. Igual Género cerró por dificultades económicas y por problemas internos en el MAV.
Testimonios Historia de Igual Género
Oswaldo Reyes: «Fue una iniciativa personal»
«A principios de los noventa –recuerda Oswaldo Reyes– había mucha represión por parte de la policía, a los gays nos sacaban en fila india e íbamos agarrados todos de gravilla con gravilla por toda Sabana Grande y nos metían en la Jefatura de El Recreo. Todas esas cosas que viví de alguna manera me motivaron a hacer algo para organizarnos, porque me parecía importante que los gays tuviesen una organización que defendiera sus derechos».
«Yo escuché de Entendido, incluso leí algunas revistas –rememora Reyes–, pero ya para esa época, a finales de los ochenta, Entendido no se publicaba y no recuerdo que hubiese otro grupo. Hubo como un vacío».
El 2 de julio de 1993 en la sección Hablan los lectores de Últimas Noticias se publicó una carta titulada «La televisión, homosexualismo y agresividad». La autora de la misiva atacaba a los homosexuales. A Reyes le molestó la carta y lo impulsó a contestarle en el mismo espacio del periódico.
«La señora era totalmente homofóbica en sus planteamientos –recuerda Reyes–, me dije no puedo permitir que esto siga pasando en la prensa y comencé a escribir. Ella me respondía y yo le contestaba. Eso pasó más o menos como un mes y después de esto decidimos crear el MAV».
Inicio del Movimiento Ambiente
Reyes se organizó con Carmen Rodríguez y Marielena Ruiz, unas amigas que estudiaron con él trabajo social, y el 9 de diciembre de 1993 registraron el MAV. El grupo se reunía una vez a la semana en un local alquilado por Reyes que quedaba en El Silencio. Después de su participación en un programa de Marietta Santana titulado «Los homosexuales ¿nacen o se hacen?» comenzaron a llegar más colaboradores. «Las reuniones del MAV siempre estaban repletas de gente, había mucha diversidad de personas y también había variedad de temas», declara Reyes.
A principios de 1994 se establecieron vínculos con el Ministerio de Salud y Asistencia Social (MSAS) y con la Oficina de Prevención y Lucha Contra el SIDA (OPL) en donde trabajaba Edgar Carrasco. En el ámbito internacional el MAV contactó varias organizaciones LGBT de otros países.
En marzo de ese año en El Globo se reseñó la creación de Amistad 1994 otra asociación que reunía a los LGBT, pero esta fue la única referencia que se tuvo de esa agrupación y ninguno de los entrevistados la llegó a conocer (Tupac, marzo 1994).
En esos años, Reyes conocía una revista ecuatoriana o peruana llamada Conducta Impropia que le parecía bien interesante. «También recibía información de unos amigos que estaban en Nueva York y en Miami que me mandaban unos folletos –añade–, y todo eso me fue motivando hasta que a mediados de 1994 dije vamos a hacer la revista».
«Fue una iniciativa personal –continúa–. Sentía que era necesario llegarle a mucha más gente y transmitir la información que se discutía en la reuniones del MAV. La revista se financió con mi esfuerzo, con mi dinero, con mis ahorros. Al inicio no contamos con grandes recursos». No se hizo una investigación de mercado previa, ni un estudio de factibilidad del proyecto. El diseño editorial en gran parte fue responsabilidad de Reyes.
El nombre Igual Género lo propuso Reyes. «En ese momento yo estaba con la cuestión de Fernando Bianco –comenta el editor–. El género no solamente tiene que ver con el pene o con la vagina, tiene que ver con un conjunto de normas y reglas que te impone la sociedad hacia un sexo u otro, y nosotros, los homosexuales, somos de igual género porque podemos manejar el rol de género como nos dé la gana, hay unos más masculinos, otros más femeninos». Las otras opciones de nombre eran Sin Fronteras y La Voz de los excluidos.
Igual Género: una nueva propuesta editorial
El número cero de Igual Género apareció en octubre de 1994. No se indicó la fecha pero se infiere en el contenido. Desde esa edición se observó una política editorial integradora e incluyente. En esa portada había tres parejas: una heterosexual, una de hombres gays y una de mujeres lesbianas. Esta política se mantuvo a lo largo de los años y fue la única revista venezolana que dedicó por lo menos una portada a cada uno de los integrantes de la comunidad LGBT.
El editorial de ese ejemplar hizo referencia al grupo Entendido, los pioneros del movimiento gay y lésbico venezolano e invitaba a los lectores a participar en la consolidación de la revista. Este número también tenía la sección El camino recorrido que se mantuvo durante toda la revista. Este espacio reseñaba las principales actividades de la organización y permitía reconstruir la historia del MAV.
Desde el inicio se conservó un espacio de entrevistas que tuvo entre sus invitados a Oswaldo Reyes (nº 0), Edgar Carrasco (nº 2), Luz Elena Carrascosa (nº 3), Vladimir Villegas (nº 10), entre otros.
«El bautizo de Igual Género fue en un teatro en la Hoyada y el padrino fue Fernando Bianco –recuerda Reyes–. Estaba Renate Kosch, Edgar Carrasco y toda la gente que me estaba apoyando para llevar a cabo el proyecto. La receptividad de la prensa fue genial, los medios de comunicación fueron totalmente abiertos».
De todas las portadas la que más generó polémica fue la edición navideña (nº 2) del primer año, porque presentaba un pesebre con dos vírgenes María y la frase Identidad Lésbica. Ybrahinn Cordero, lector de la revista, recuerda que eso fue una cosa que le molestó mucho a los gays y heterosexuales, y a él la queja le pareció bastante válida.
En el número uno se relataba la participación del MAV en la Conferencia Anual de la International Lesbian and Gay Association (ILGA) en Nueva York en junio de 1994. También se hablaba de la Venezuelan Gay and Lesbian Association (VGLA), un grupo de venezolanos seropositivos que se fue a Nueva York «para conseguir prolongar su vida y morir dignamente». VGLA luego cambió su nombre a Aid for Aids. Ellos junto al MAV lograron crear un puente de medicamentos antirretrovirales desde EEUU hasta Venezuela para los pacientes seropositivos.
Aliados en el ministerio
«En esos años quien estaba en el Ministerio de Salud, dirigiendo lo que es hoy el Programa Nacional de SIDA, era la doctora Beatriz Narváez –recuerda Lowing González, integrante del MAV–, una mujer realmente futurista en el sentido de que ella sabía y tenía la visión de cuáles eran los grupos de alto riesgo. Esta mujer estuvo muy clara que los homosexuales eran un grupo prioritario para trabajar la prevención en VIH».
«Se le planteó a Oswaldo que hiciera una propuesta de proyecto y, en efecto, es aprobado –describe González–. Es un proyecto de prevención de VIH/SIDA para sitios nocturnos y sitios de encuentro de la comunidad LGBT con fondos de la Unión Europea. La idea era formar agentes multiplicadores para que hicieran actividades. En un período de tres años le dieron a Oswaldo como 40 millones de bolívares que para aquella época era una cantidad importante». Con este dinero el MAV y la revista tuvieron más fortaleza económica.
«La gente del Ministerio de Sanidad supo que la Unión Europea estaba financiando unos proyectos –recuerda Reyes– y ellos consideraron que el MAV era un grupo que tenía que ser financiado por ese proyecto, porque era el boom del SIDA y los homosexuales estaban de primero en las estadísticas, y a ellos les interesaba que hubiera una organización que trabajara el SIDA con los homosexuales».
«El monto del financiamiento era de 40 millones, entregados en dos años, de los cuales se usaron 35 o 36 millones… –declara Reyes–. En el proyecto estaba bien claro cuánto iba a ganar Oswaldo Reyes como coordinador, cuánto las personas que dictaran talleres, etc.».
Evolucionó la revista
Igual Género consolidó a lo largo de su existencia una vocación integradora porque mantuvo un equilibrio de los contenidos informativos entre todos los LGBT. También, conservó en todas sus ediciones una nota relacionada con el VIH. «El SIDA era un tema sensible en la revista –expresa Reyes–, porque era una preocupación en la comunidad LGBT».
Reyes intentó conseguir el apoyo de grandes patrocinantes que no estuviesen vinculados necesariamente a la comunidad gay y lésbica, como la Biggot. «Yo quería que me apoyara gente de grandes empresas –reconoce Reyes–, pero no tuve suerte, el mayor apoyo siempre fue de los especialistas Fernando Bianco y Rubén Hernández, las tascas de ambiente, algunas librerías como Kuaimare y el MSDS».
La sección de cartas de los lectores perduró en todas las ediciones. También estaba el espacio Contáctate con tu género que eran clasificados para buscar parejas o amigos. Reyes trataba siempre de dosificar lo que decían y suavizar el contenido erótico, porque algunas notas eran muy sexuales. «Una vez llegó el doctor Mole y la doctora Irene Puerta y me dijeron mira, Oswaldo, tu revista es muy buena, no la vayas a convertir en un desastre de patología sexual. Por eso, nunca dejamos que esto se convirtiera en algo pornográfico».
Ybrahinn Cordero en esos años trabajaba en la Librería Lectura y recuerda que la revista tuvo mucha aceptación en el público. «Igual Género se dejaba en consignación, en un mes se contabilizaban las que se vendían y se cancelaban. El resto se devolvía –explica Cordero–. En este caso, la verdad es que con Igual Género nunca se devolvieron revistas, siempre se cancelaron. Hubo momentos en que incluso llamamos para que trajeran nuevas revistas del mismo ejemplar porque se nos habían acabado».
Hubo una evolución en el diseño de la revista. Las portadas y la diagramación interna mejoraron mucho en comparación con las primeras ediciones. Los dos últimos números (10 y 11) tenían un acabado muy profesional.
Comenzaron los problemas
«Después del cuarto o quinto número la periodicidad se hizo más amplia –informa Reyes–. Ahí hubo muchos problemas, no solamente económicos, sino que yo no tenía quien me apoyara. Entonces tenía que estar pendiente del MAV, ir a las entrevistas de radio y de televisión, organizar a los muchachos para los talleres y a la vez tenía la revista. Vivía las 24 horas metido en el movimiento gay de Venezuela y hubo un momento en que mi mamá me regañó y mi médico me dijo que me iba a volver loco, porque necesitaba descansar, necesitaba tiempo para mí. Yo trataba de delegar porque era mucho trabajo para mí solo».
«Había muchas personas dispuestas a colaborar –recuerda Reyes–, pero no eran suficientes. Cuando yo delegué por primera vez que llevaran la revista a las librerías no llegó el dinero y les quitaron los condones a los ejemplares. ¿Qué seguridad tenía yo con un equipo así? Una vez se llegaron a robar las cajas de preservativos del MAV y se iban a pedir dinero a nombre del MAV. Un engaño».
Richard Moya asistía regularmente a las reuniones del MAV todos los jueves a las 7 de la noche y recuerda que en esas tertulias no se hablaba de la revista. Reyes manejaba las dos actividades como áreas separadas. «Oswaldo siempre trató de llevar todo el proceso de edición y producción de la revista como un secreto –manifiesta Ybis Infante, colaboradora de Igual Género–. Uno hacía recomendaciones, pero no teníamos mayor control sobre eso. Oswaldo decidía qué temas iban y qué temas no».
«La portada y el tema central los escogía yo –expresa Reyes– y luego le informaba a los colaboradores para que en sus secciones tocaran temas similares». «La dinámica era que Oswaldo escogía y le daba los temas a los columnistas. La revista realmente no era del MAV como colectivo –considera González–, era una necesidad de la expresión de Oswaldo y de lo que él sentía y percibía que hacía falta. Entonces él escogía los temas en función de lo que era su percepción. No era una construcción colectiva».
Las crisis del MAV
«El local donde funcionaba el MAV era la peluquería que Oswaldo tenía en el centro, al lado del Manaure –describe Tito Salas, colaborador de la revista–. Esa peluquería luego él la transformó en el MAV e íbamos a charlas a escucharlo básicamente a él hablar de un tema de la homosexualidad. No era muy democrático. Realmente Oswaldo era el que manejaba el MAV. Si tú querías dar un tema tenías que pedirle permiso a él, Oswaldo tenía que ver lo que ibas a decir y lo aprobaba o desaprobaba».
«Las reuniones del MAV eran como una especie de Talk Show –apunta González–. Oswaldo invitaba a alguien, lo entrevistaba y los demás nos sentábamos alrededor y escuchábamos. Al final habían preguntas y respuestas y luego terminaba la reunión. Los temas y los invitados los escogía él».
«Una vez me pasó algo bien difícil –declara Reyes–. Yo les decía a los muchachos del grupo que las personas que pertenecemos al MAV debemos tener ciertas reglas. Agarraban el MAV como si fuera el Pullman, era para conseguir pareja. Eso no puede ser así, tú tienes que ubicarte en tu espacio. No era que yo quería imponerles mi manera de ver la vida o mis principios. Sencillamente nosotros no podemos andar por allí dando pifia, consumidos en el mundo de la droga o metidos en un baño público y que nos agarre la policía. Eso es denigrante y degradante. Entonces ellos comenzaron a decir que yo quería ser el protagonista de todo y no quería que ellos participaran. Ellos nunca entendían cuál era mi mensaje. Tenían que cambiar».
«A lo mejor de verdad soy muy conservador, muy moralista –confiesa Reyes–, pero creo que uno de los grandes problemas que debe afrontar la comunidad LGBT es querer divorciar la moral, la ética y los valores de tu personalidad».
La mayoría de los entrevistados coincide en afirmar que el tipo de liderazgo de Oswaldo Reyes no permitía aflorar nuevas iniciativas. «Hay como dos tipos de liderazgo –describe González–, uno que avanza porque sabe que haciendo avanzar a los demás él está avanzando en la misma corriente que empuja, y otro que siente que dejar avanzar a los demás no es crecer sino arriesgarte a que te quiten el coroto, entonces empiezas a ser castrador y Oswaldo lamentablemente estaba dentro de ese liderazgo. Si él sentía en algún momento que su liderazgo podía estar cuestionado, buscaba alguna estrategia para que la persona se alejara».
«Tú llegabas al MAV con ideas y proyectos y de una vez te decían que no –declara Salas–, entonces no había más remedio que irse porque Oswaldo no le dio oportunidad a nadie de desarrollar nada».
«Yo a lo único a lo que fui cerrado, y siempre seré cerrado es a la vulgaridad –admite Reyes–. Nosotros no podemos seguir enfrentando a la sociedad como ella dice que nosotros somos: unos promiscuos, unos enfermos, unos desviados. Nosotros tenemos que demostrar que no somos eso».
«De manera periódica se generaban preguntas importantes dentro del grupo sobre la estructura del MAV –explica González–, porque el movimiento técnicamente era Oswaldo, él hacía todo, resolvía todo y los demás eran sus asistentes. Entonces cuando empezaban a hacerse esas preguntas, que yo creo que nunca fueron respondidas, se entraba en un período de crisis, ve-nían esas dinámicas de correr y desgaste y las personas terminaban yéndose».
«El punto fuerte en el MAV –revive Salas– fue cuando le propusimos a Oswaldo hacer unas elecciones para cambiar la directiva porque él era el director desde 1994».
«Ellos estaban con lo de las elecciones desde que se enteraron que yo había conseguido financiamiento de la UE –dice Reyes–. Desde ese momento, todo el mundo comenzó a hablar de elecciones, de cambiar presidente. Yo lo que sentí fue que había una competencia».
Los estatutos contemplaban que cada 5 años tenía que elegirse a un nuevo presidente. «Ya para finalizar el proyecto de la UE era que tenía que escogerse al nuevo presidente, del 93 al 98 –informa Reyes–. Ahí no pasó nada, lo único que pasó era que la gente quería ser protagonista».
«Cuando supuestamente él accede, se acuerda hacer las elecciones en la fiesta de navidad de ese año –manifiesta Salas–. Resulta que el día de la elección cuando llegamos, el local estaba cerrado con un candado, nos conseguimos una nota que decía ‘Cerrado hasta nuevo aviso, Oswaldo Reyes’, y no nos dejó entrar».
Las elecciones nunca se hicieron. Ese fue el punto de no retorno y salió un primer grupo en bloque que fundó Alianza Lambda de Venezuela. Luego Reyes reabrió el MAV y entró nueva gente que repitió el mismo ciclo, terminó yéndose y creó Unión Afirmativa.
«Creo que uno de los aportes más importantes que hizo Oswaldo al movimiento gay es que proliferó la fundación de grupos –evalúa González–. Ese no era el objetivo, pero tal vez fue uno de los productos. Creo que el MAV fue sin quererlo una escuela de líderes para muchas personas que están trabajando tanto en VIH como en LGBT. Nos permitió crecer mucho como personas».
El financiamiento: otro punto álgido
Unido a estos problemas de liderazgo, comenzó una serie de rumores sobre el manejo de los fondos dentro del MAV. Reyes fue muy reservado con esta información, lo que despertó suspicacia en algunos de sus colaboradores. Ybis Infante ayudó a Reyes un tiempo con la contabilidad del MAV. Un día le llegó a su casa un fax de la Unión Europea (UE) en donde le mandaban una relación de los aportes que la UE le había dado al MAV hasta esa fecha, pero Reyes no le había informado nada de ese dinero.
«La que destapa la olla del mal manejo de los fondos fui yo –revela Infante–. Yo descubro a Oswaldo por un fax que me llega a mi casa. En ese entonces estaba expresado no en euros sino en libras esterlinas, lo traduzco a bolívares y me doy cuenta de que eran como 100 millones de bolívares, pero él nunca me informó eso».
«Comienzo a atar cabos y me doy cuenta que Oswaldo se había comprado un apartamento y un carro. Después que pasé el shock –evoca Infante–, porque uno trabajaba allí de voluntario, uno amaba su trabajo, en la siguiente reunión lo increpé públicamente. La gente que estaba allí quedó en shock pero la mayoría no entendió de lo que se trataba. Esa fue la última reunión a la que asistí».
«Eso es falso –expresa Reyes–. En el MAV para ese momento había una contadora pública llamada Isabel Márquez que fue escogida por la UE para que llevara mi control. Yo además tenía un auditor, Fredy Domínguez de Mundo Frassi, que venía cada 3 meses y tenía un supervisor tanto financiero como técnico».
Además de esta acusación, hubo otros señalamientos, pero estas denuncias nunca se concretaron. «Eran rumores mal intencionados –expresa Reyes–. Ellos repartieron folletos hablando mal de mí en la universidad, en el Ministerio de Sanidad y en la Torre Bianco. Ellos llevaron esa mala información adonde sabían que yo podía tener algún tipo de contacto».
Ninguna de las acusaciones de malos manejos de fondos se materializaron ni llegaron a comprobarse. Hasta el presente esos comentarios no pasaron de ser simples rumores.
¿Cómo se financió el MAV?
«La primera etapa fue con fondos propios –explica Reyes–. Los primeros años, 93, 94, eran fondos propios, de mis ahorros. El proyecto de la UE fue en el año 1996, es decir, pasaron 3 años, y durante esos 3 años el MAV lo financié por mi cuenta y con colaboraciones que nos daban. Y la revista salió de mis ahorros».
«Respecto a la administración –continúa–, los primeros años la llevaba yo, porque no había una gran inversión de dinero. Después vino el proyecto de la UE, de 40 millones de bolívares por dos años. Luego hubo un proyecto de 3 millones de bolívares de la Embajada de Canadá, y era un trabajo destinado a los adolescentes. Ese fue el último financiamiento del MAV».
Cuando comenzaron todos estos problemas el equipo de la revista se disolvió y ésta dejó de editarse. Igual Género desapareció por problemas económicos y porque Reyes no podía continuar haciendo todas las tareas que la publicación exigía. Muchos de los colaboradores de la publicación se retiraron en esas crisis. El MAV cerró y reabrió en varias oportunidades pero no se pudo relanzar la revista.
«El cese de las actividades del MAV ocurre más o menos en el 2000, un año antes de la primera marcha gay del país –concreta Reyes–. Sin embargo, yo me vine para Santa Teresa del Tuy y estoy haciendo lo mismo, estoy reu-niendo a todos los gays de por acá para discutir, hacer talleres, cine foros, etc.».
Igual Género: la organización
La política editorial
- La misión de la revista era educar al homosexual para que él mismo fuese el agente de su cambio. Su visión era ser «la expresión de la comunidad homosexual organizada de Venezuela». La revista intentó generar un proceso de educación no formal y también tenía fines comerciales.
- La estructura temática de Igual Género era variada. Se trataban temas densos y ligeros. Había espacios de análisis, reflexión, poesía, ficción, entrevistas, clasificados, contactos, etc. Los colaboradores tenían secciones permanentes. La propuesta editorial de la revista era diversa y se dirigía a un amplio sector de la comunidad LGBT. Había columnas fijas para lesbianas. Sobre la pornografía, en el texto inicial de la tesis afirmaba que no estaba permitida. Sin embargo, revisando las ediciones se encuentran fotos donde se observan los genitales de los hombres. A pesar de eso, Oswaldo Reyes decía que no estaba permitida la pornografía ni las palabras obscenas. «Yo siento que la pornografía le ha hecho tanto daño a la comunidad gay –considera Reyes–. No es necesario colocar el tipo con el pene enorme para que se venda la revista porque hay tanta necesidad de saber otras cosas. Puedes poner un desnudo, pero un desnudo artístico».
- Igual Género no tenía vínculos con ningún partido político de izquierda o de derecha. A mediados de 1997 surgió la posibilidad de crear un partido político gay pero esta propuesta no se concretó. En el momento en que Reyes se lanzó a la Asamblea Constituyente, la revista ya no se publicaba.
- No había secciones fijas para heterosexuales, pero en el número uno se dedicaba el tema central a los padres de LGBT. Con el artículo ¿Será nuestro hijo homosexual? se percibía la intención de llegarle a un sector más amplio de la población, no sólo a los gays y lesbianas.
- En el diseño se emplearon imágenes homoeróticas. En la portada con frecuencia había desnudos masculinos o femeninos. En el diseño interior predominó el estilo macho, pero nunca se mostraron personas simulando tener relaciones sexuales.
Estructura
- De acuerdo a la mancha había un amplio equipo de colaboradores, la mayoría profesionales reconocidos en su área, hombres y mujeres, heterosexuales y homosexuales, como Edgar Carrasco, Sandy Tucci, Teresa López, Evan Romero, Reinaldo Arellano, Ybis Infante, Fernando Bianco, José Luis Decenas, Tito Salas, entre otros. Esto le dio al contenido de la revista mayor amplitud y riqueza. Esta característica otorgaba al equipo un carácter cosexual porque participaban hombres y mujeres en proporciones similares. A pesar de que la revista contaba con este amplio grupo de colaboradores, en realidad la revista la dirigía, producía y editaba Reyes. No era una construcción colectiva. En los últimos números de Igual Género, algunos colaboradores se retiraron y muchos de los artículos estaban firmados por Reyes.
- El Movimiento Ambiente de Venezuela era la organización madre que producía Igual Género. El MAV se registró el 9 de diciembre de 1993, nació con el objetivo de defender la dignidad y los derechos de los LGBT, aumentar el autoestima de esta población y mejorar el clima de respeto hacia ese colectivo. Ofrecía apoyo psicológico y afectivo a la población LGBT y realizaba reuniones informativas una vez a la semana en la sede del MAV en donde se evidenció un proceso de educación no formal. El MAV no pertenecía a alguna institución mayor, ni estaba relacionado con algún grupo comunicacional, político, financiero o religioso. Al principio se señaló que dentro del organigrama del MAV la publicación pertenecía al área de relaciones públicas. Sin embargo, ese esquema nunca se concretó. La revista era un proyecto personal impulsado por Oswaldo Reyes en donde los integrantes del MAV tenían poca participación. La publicación la dirigía y la coordinaba Reyes. Todos los demás eran colaboradores.
- Relaciones con otras instituciones. (1) Con algunas ONG’s que trabajaban con VIH hubo fructíferos nexos de cooperación: Amigos de la Vida compró espacios publicitarios, ACCSI con Edgar Carrasco brindó su apoyo y VGLA realizó fiestas en Nueva York a beneficio del MAV, donó lubricantes y conformó un puente de medicamentos antirretrovirales desde EEUU a Venezuela. (2) Hubo algunos contactos con organizaciones LGBT del mundo, pero muy esporádicos. (3) Respecto a los entes públicos nacionales e internacionales, con el Ministerio de Salud consiguieron fuentes de financiamiento y con la Unión Europea y organismos de otros países obtuvieron fondos relacionados a la lucha con¬tra el SIDA. (4) No se registraron contactos con partidos políticos, universidades y otros movimientos de protesta como grupos de mujeres, ecologistas, etc.
Procesos
- La toma de decisiones estaba centrada en Reyes. No había sistemas de recompensas ni sistemas de control y evaluación formales. Todo el trabajo era voluntario, nadie cobraba. La línea de autoridad la encabezaba Reyes. Sobre los canales de comunicación, Reyes les informaba a los demás lo que les tocaba hacer para el número siguiente. No se efectuaban reuniones editoriales.
Cómo se hacía una edición de Igual Género
- Reyes escogía los temas centrales de la revista y le indicaba a los colaboradores de qué podían escribir. «Había muchos colaboradores que mandaban sus textos pero al final era Oswaldo el que decidía», expresa Infante. Sandy Tucci corregía los borradores y José Romero diagramaba la revista. La relación con los anunciantes no fue mala. Respecto al tipo de anunciantes no todos estaban vinculados al público LGBT, había librerías y centros de consultas psicológicas. En la última etapa había anuncios de locales relacionados con el comercio sexual como saunas y casas de juguetes eróticos. Los recursos de la Unión Europea y del MSAS estaban vinculados con proyectos de prevención en VIH/SIDA. El financiamiento era el punto álgido de la revista. Reyes era muy celoso de esta información. Se emplearon recursos propios, donaciones de personas y organizaciones como VGLA, y fondos del exterior de la Unión Europea, Francia y Canadá. Varios colaboradores señalaron supuestos malos manejos de fondos, pero nunca se demostró la veracidad de esas acusaciones. La revista se imprimía en Viso Comunicaciones. La distribuía el mismo equipo en el área metropolitana. Varias veces trajo encartado un preservativo y un lubricante. Algunos números llegaron al interior del país a través de MRW. Reyes era el encargado de buscar anunciantes y vender la publicidad. En la última etapa se hicieron materiales promocionales como volantes y un anuncio de Igual Género que salió en la revista Feriado. El MAV organizó otras actividades, pero la revista no.
Relación con el público
- La experiencia de Reyes era que la revista la leía desde un adolescente de 17 años hasta alguien muy mayor. Puede decirse que había tipos de lectores según las secciones. «Cada espacio tenía su público», manifiesta Reyes.
- Igual Género fue la única publicación que de manera deliberada intentó llegarle a toda la comunidad LGBT. También se observó el interés por alcanzar a la población heterosexual que estuviese vinculada con el tema, como especialistas, familiares de LGBT y público interesado en el área.
- Las secciones de cartas al editor, contactos y clasificados daban cabida a las notas del público. Reyes no conocía estudios de mercado del público LGBT al momento de lanzar la revista.
Medios alternativos: acceso, participación y autogestión
- A pesar de que había una sección para las cartas del lector, la revista no facilitó la participación de los lectores en la elaboración de Igual Género. Reyes era el responsable de casi toda la producción de la publicación. No se hicieron reuniones con los lectores. La toma de decisiones está concentrada en Reyes.
Rostros Reseña biográfica del trabajador social
Oswaldo Reyes: «Entre todos los logros y metas en mi vida, el MAV es el más grande»
Querido por unos, odiado por otros, Oswaldo Reyes es sin duda un personaje que genera polémicas en la comunidad homosexual venezolana. Fue el primer candidato abiertamente homosexual del país y fundó el Movimiento Ambiente, la segunda organización LGBT de Venezuela.
Oswaldo José Reyes Martínez nació en Caracas el 24 de marzo de 1961. Desde pequeño fue buen estudiante lo que le permitió asistir a los planes vacacionales para estudiantes de pocos recursos, un programa creado por Alicia Pietri de Caldera en el primer mandato de Rafael Caldera. Gracias a este proyecto Reyes conoció a Venezuela.
Tiene cinco hermanos. «La relación con mis hermanos es bellísima, yo siento que el empuje y el equilibrio que he tenido como homosexual se lo debo específicamente a mí mamá y a mis hermanas –admite Reyes–. A los 15 años le dije a mi mamá que era gay, porque ya yo venía dando ciertas señales. Después de muchos años es que estoy conociendo a mi papá realmente. Ha sido una relación muy distante. Quizás porque mi papá abandonó a mi mamá cuando yo tenía tres meses de nacido».
Estudió trabajo social en la Escuela Metropolitana de Trabajo Social ubicada en El Paraíso. «Después hice unos estudios con Rubén Hernández en psicología de la conducta –señala– y otros en la Torre Bianco sobre educación sexual con Fernando Bianco y Juan José Moles».
En 1993 fundó el Movimiento Ambiente y al año siguiente editó la revista Igual Género. Fue el rostro más conocido de la comunidad homosexual de los años noventa. «Entre todos los logros y metas en mi vida, el MAV es el más grande», confiesa Reyes (López, 1994, p. 9). Su experiencia le ha demostrado que el trabajo comunitario es duro.
Él se define como una persona sensible y solidaria. «A veces soy muy llorón pero cuando tengo que sacar el carácter de verdad que me transformo, cuando tengo que enfrentar algo, lo afronto –manifiesta Reyes–. ¿Una virtud? Soy muy perseverante, muy persistente, cuando quiero una cosa lucho hasta el final para lograrlo. ¿Un defecto? A veces soy un poco orgulloso».
Sus principales críticos admiran su perseverancia y el valor que tuvo al dar la cara en muchos medios de comunicación. Ybis Infante elogia «su guáramo para hacer las cosas», pero lo considera un líder negativo. Para Lowing González una virtud de Reyes es su perseverancia; y un defecto, su divismo.
«Sin duda, Reyes merece un premio a la constancia. Cada vez que había una estampida, el MAV quedaba técnicamente destrozado –agrega González– y él otra vez empezaba desde cero a armar su movimiento. En él la perseverancia es un valor bien importante. Lamentablemente dentro de esos procesos de estampidas que se generaban, se fue corriendo la voz y la molestia de la gente, por eso dentro de la comunidad LGBT él está muy desacreditado».
En 1998 Reyes logró postularse a la Asamblea Constituyente. «De esa experiencia, lo más satisfactorio para mí fue que hubo mucha gente heterosexual que recogió firmas para que yo fuera candidato y eso me pareció bien interesante. Mi hermana, mi mamá, mis primos, mis tías, las vecinas recogieron firmas». Él no sacó la cantidad necesaria de votos pero se colocó el tema de la homosexualidad en la agenda de las discusiones.
Reyes no está de acuerdo con la creación de un partido político para los LGBT, sino más bien con la creación de un partido que represente a todas las minorías del país, no solo a los gays.
«Los homosexuales tenemos que crecer mucho –aconseja Reyes–, estudiar mucho sobre nuestra temática, darnos cuenta que a veces la ciencia, así como es un instrumento de conocimiento, también es un instrumento manipulador. Lo que para ellos hoy puede ser una patología a lo mejor dentro de cinco años no lo es. Son muchas las personas que podemos ser víctimas de esa manipulación científica, ideológica, dogmática y tenemos que estar preparados siempre para enfrentarnos a eso. No podemos desmayar».
«No es posible que habiendo tantos homosexuales en este planeta, estemos tan solos –apunta Reyes–. Eso es un indicador de que algo no está funcionando bien en ese grupo de homosexuales y hay que buscar la manera que la gente genere un cambio de adentro hacia fuera, hay que buscar la manera de que la homosexualidad no esté alejada de los valores».
«Mis mensajes en el MAV –expresa Reyes– siempre estaban dirigidos a que marcháramos y peleáramos por nuestros derechos como lo hicieron los negros en EEUU. Por circunstancias personales me alejo de Caracas y dejo el MAV y mi mayor sorpresa es que al siguiente año veo a los gays marchando. Eso me llenó muchísimo, yo no estuve ahí pero di gracias a Dios por dejarme ver eso. Yo siento que de alguna manera puse mi parte, mi granito de arena».
Balance Reflexión sobre la revista
Unas palabras sobre Igual Género
Aciertos y errores
Dentro de los aciertos de Igual Género se mencionan: (1) dedicar al menos una portada a cada uno de los integrantes de la comunidad LGBT, (2) tener un espacio fijo que reseñaba las actividades del MAV lo que brindó un valioso testimonio de la asociación, (3) mantener una sección permanente sobre el SIDA y (4) tener una página para las cartas del lector. Fue un error no involucrar a los integrantes del MAV en la elaboración de la revista.
Análisis DOFA
Algunas de las oportunidades de esos años eran que (1) no había otras publicaciones LGBT venezolanas, (2) la coordinadora del Programa Nacional de SIDA, la doctora Beatriz Narváez, era una persona con una visión estratégica que sabía que los LGBT eran un grupo prioritario en la lucha contra el SIDA y (3) la Unión Europea estaba financiando proyectos en VIH/SIDA en América Latina lo que ofrecía al MAV una segura fuente de recursos. Respecto a las amenazas están (1) la represión policial en contra de los homosexuales que se mantenía en ese momento y (2) también eran los años de la crisis bancaria. En la última etapa de la revista (3) las crisis internas del MAV amenazaron la estabilidad de la publicación y fueron corresponsables de su cierre definitivo.
Algunas de las fortalezas de Igual Género eran (1) contar con un equipo de colaboradores que eran profesionales reconocidos en su área, (2) ser un propuesta de publicación con contenido variado y equilibrado entre los LGBT, (3) ser una revista para TODA la comunidad LGBT, lo que evidenció una vocación incluyente y una política integradora hacia todos los integrantes de las minorías sexuales, (4) tener varias fuentes de financiamiento (proyectos de la Unión Europea, recursos del MSDS, donaciones de personas e instituciones, etc.), (5) tener hombres y mujeres, homosexuales y heterosexuales, dentro del grupo de colaboradores, lo que le dio mayor diversidad al contenido de la revista y (6) contar con gran aceptación en el público. Sobre las debilidades se mencionan las siguientes: (1) la revista no era una construcción colectiva del MAV sino un producto de Reyes, (2) a pesar del numeroso grupo de colaboradores, no había un equipo fijo consolidado, (3) el tipo de liderazgo de Reyes no facilitaba la permanencia de las personas en el MAV y (4) había una concentración de tareas y responsabilidades en Reyes.
¿Por qué dejó de editarse? Igual Género cerró por problemas económicos, porque no tenía un equipo consolidado, porque el tipo de liderazgo de Oswaldo Reyes no favorecía el trabajo en equipo y porque las crisis internas del MAV terminaron ocasionando la disolución de la revista.
¿Era realmente un medio para toda la comunidad LGBT? Igual Género fue la única publicación que intentó de manera deliberada llegarle a todos los sectores del colectivo LGBT, es decir, a los hombres gays, las mujeres lesbianas, los hombres y las mujeres bisexuales y los hombres y las mujeres transgéneros. Esta política de inclusión se reflejó en las portadas, en el uso de las imágenes, en el diseño interno de la revista y en los contenidos informativos.
¿Igual Género era un medio alternativo? Este proyecto editorial no puede clasificarse como un medio alternativo porque no permitió la participación de los lectores, mantuvo una relación vertical con la audiencia y la toma de decisiones estaba centrada en Reyes. La revista impulsó un monólogo con el público en lugar de un diálogo.
¿Promovía la pasividad del público? o ¿era comunicación emancipadora? Esta experiencia editorial no estimuló la pasividad de la audiencia porque en sus editoriales y espacios informativos invitaban a los LGBT a luchar por el reconocimiento de sus derechos civiles. Por lo tanto, fue un ejemplo de comunicación emancipadora.
Asimismo Igual Género fue el reflejo de un movimiento incluyente porque se dirigía a todos los LGBT y también a los heterosexuales, era mixto porque participaban hombres y mujeres y fue educador porque a través de un proceso de educación no formal tenía un fin pedagógico.
Cierre
Igual Género fue la única experiencia editorial venezolana que intentó de manera consciente llegarle a toda la comunidad LGBT. Entre sus logros se mencionan (1) haberla hecho después de una década de silencio, (2) al igual que Entendido, ser una de las mejores propuestas editoriales que se han realizado hasta la fecha en el país, (3) involucrar a profesionales reconocidos en su área en el equipo de colaboradores y (4) ser un ejemplo concreto de que sí es posible producir una revista para todos los integrantes de la comunidad LGBT.
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