Texto de M.
Laura Flores, La Fulana, publicado en la revista Actitud Diversa, de abril de 2012.
Nadie
cree que hasta la muerte se te haya enamorado, pero acaban de
confirmarnos que sí, que así como fuimos varixs lxs que fugaz o
eternamente nos enamoramos de vos, también la muerte quiso mirarte.
Y te miró tanto que le creímos, pero no te fuiste, no es cierto eso
que dicen. ¿Cómo ibas a irte si aún queda un camino por recorrer?
¿Cómo ibas a irte si todavía no terminamos aquello que empezamos?
¿Cómo, si todavía muchxs no conocen tu sonrisa picante y tus
gestos sugestivos?
No
era el momento de que tomaras ese tren, por eso no perdonamos a la
muerte enamorada ni a la vida desatenta, por eso nos quedamos con tu
vida, por eso te arrebatamos de todos los caminos y nos arrogamos el
derecho de quedarnos con vos; porque es preciso explorarte más para
que puedas seguir indicándonos qué atajos tomar en estas autopistas
difíciles que vienen, y para que puedas seguir besándonos sin
disimulo.
Te
vamos a celebrar con la risa y la sonrisa, vamos a derretir la
tristeza con una copa de vino y un carnaval sin disfraces, nos vamos
a quedar con tus convicciones y tu constancia, y vamos a fabricar
ladrillos para terminar con esa pared que hace años empezaste: una
muralla enorme donde quepan todos los nombres y todos los amores.
Te
lo prometemos, sin circo ni parafernalias, simplemente desde la
íntima convicción de tus palabras; con un silencio en la mano y un
grito de alegría esperando en la otra. Porque vamos a festejar Pía,
la justicia llegará de cualquier forma, y ahí estarás, en todas
las banderas, en todos los aplausos, en todas las lágrimas, en todas
las risas, en todos los gritos que se contienen desde hace años, en
todos los nombres que aun nos deben, en todas las identidades que nos
rechazan; estarás temblando en el cuerpo de cada compañerx.
Y
ahora que han pasado las horas y nos vuelven a confirmar que sí, que
definitivamente la muerte te besó sin tregua, empezamos a sospechar
que no le habrá sido fácil, porque nunca fue sencillo clausurar tus
ojos, mucho menos tu boca, esa que cada vez que se abría movilizaba,
y que no solo hablaba sino que también decía.
Hoy
ha muerto Pía, Claudia, ‘la gorda’, Claudia Pía, y será
preciso, antes de que acabe el día, brindar por sus amores, por su
lucha y por la justicia de su nombre.
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