La
noticia inundó las redes sociales de mis panas. En EEUU ya hay un
jugador de fútbol profesional abiertamente gay. Se trata de Robbie
Rogers, el de la foto.
¿Quién
es Robbie Rogers?
Él
está jugando fútbol desde muy pequeño. Comenzó a los 4 años. A
los 7 años se lo disputaban varias ligas infantiles de Los Angeles,
en EEUU. Jugó en la universidad y luego saltó al fútbol
profesional. Lo llamaron de Europa y formó parte del equipo
británico Leeds, pero Robbie solo duró una temporada.
Se
sentía agobiado, así que abrió un blog y escribió todo lo que
pensaba y sentía. Por esa vía, salió del closet. En ese momento
escribió en su bitácora: “El fútbol era mi escape, mi propósito,
mi identidad. Escondía mi secreto, me daba más alegrías de las que
nunca pude haberme imaginado... Siempre estaré agradecido por mi
carrera”.
Aunque
no habló de retirarse, es evidente que un entorno tan homofóbico
como el deportivo no se lo iba a poner fácil. Salió del equipo
británico. No lo contrató ningún club profesional y su manager lo
convenció de que volviera a su tierra y jugara en uno de los clubes
de Los Angeles.
¿Volver
a casa?
Su
manager tenía razón. Regresar a Los Angeles fue
una buena idea. El equipo Galaxy lo contrató. Se trata del mismo
equipo donde jugaba David Beckham, un ícono mundial de moda
masculina y metrosexualidad.
Comparto
estos dos párrafos de Cecilia Hertrampf. Una crónica que retrata la
importancia
de ese momento en la historia del fútbol y en la lucha contra la
homofobia en el deporte estadounidense.
“Quedaban
apenas 13 minutos para que acabara un partido que, con cuatro goles a
cero, el Galaxy ya había ganado ante el Seattle Sounders. Pero el
momento histórico para el fútbol aún estaba por llegar. Se fue al
banquillo al centrocampista brasileño Juninho y entró en su lugar
Robbie Rogers. Ahí comenzaba la gesta en el campo del equipo de Los
Ángeles. Tres meses antes, Rogers, 26 años, había abandonado la
plantilla del Leeds inglés tras salir públicamente del armario. El
domingo debutó en el Galaxy y se convirtió en el primer futbolista
abiertamente homosexual en jugar un partido de la liga profesional
estadounidense. Y la ovación de los 24.811 espectadores que llenaban
el Home Depot Center fue tímida, pero unánime”.
“La
prensa estadounidense relató el partido como una verdadera hazaña.
Robbie Rogers no solo ha hecho historia en el mundo del fútbol, sino
también en el panorama general del deporte estadounidense. En las
cinco grandes ligas masculinas que existen en el país, jamás un
deportista había disputado un encuentro tras salir del armario. A
finales de abril, el jugador de baloncesto Jason Collins hizo pública
su homosexualidad y se convirtió en el primer atleta en activo en
hacerlo, pero la temporada acababa de terminar y el pívot aún no se
ha enfrentado al público de un partido”.
No
sé ustedes, pero a mí se me aguó el guarapo leyendo los párrafos
de arriba.
Día
histórico
Alexi
Lalas,
exdirectivo del Galaxy, comentaba el domingo en la cadena ESPN:
“Dentro de muchos años, la gente no recordará el marcador de este
encuentro. Pero se acordarán del momento en que ese chico entró al
campo. Eso es genial. Es lo importante. Sin duda, esto es más
histórico. A lo mejor no es tan grande en términos mediáticos y de
atención (a lo que produjo el ingreso de David Beckham). Pero, ¿qué
pasa si pensamos en lo que realmente va a trascender?”.
Al
día siguiente Robbie declaraba a la prensa: “No
paraba de repetirme a mí mismo la palabra normal. Todo esto es
normal, normal, normal… pero realmente es más que eso. Estar de
vuelta es muy bueno. Estoy muy emocionado de dar este paso adelante.
Fue realmente perfecto. Ganamos, que es lo más importante. Mi
familia estaba allí, mis amigos. Mis abuelos. He intentado
imaginarme este momento todo el tiempo durante este largo viaje. Y
finalmente, aquí estoy. Creo que justamente en el lugar preciso”.
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