lunes, 9 de febrero de 2015

Desde Rusia con amor


Hace años me preguntaba si los avances de la comunidad LGBT pueden perderse. Lo hacía justo después de la llegada de Mariano Rajoy a la presidencia de España y su plan para revertir el matrimonio igualitario y la ley del aborto.


A pesar de los intentos del gobierno de Rajoy, la sociedad organizada se movilizó y frenó estos dos esfuerzos de la derecha española.

Sin embargo en Rusia y en varios países africanos, los colectivos LGBT no han tenido tanta suerte. Vladimir Putin ha impulsado unas leyes que criminalizan lo que ellos llaman la "propaganda gay". Es decir, cualquier mención de la homosexualidad, sea a favor o en contra, en un espacio público. Este hecho es considerado propaganda gay y origina multas y cárcel a lxs "infractorxs".

Putin no inventó la homofobia. La intolerancia ya estaba. Él solo potenció un fenómeno y legitimó los numerosos ataques y crímenes de odio con esta legislación.

Escribo esto un par de años después de esta nueva oleada homofóbica en Rusia. Los movimientos LGBT del mundo están haciendo un boicot a muchos productos rusos, empezando por el vodka. Otros apuntan a reducir el número de turistas que escogen Rusia como destino vacacional.

Las Olimpiadas de Invierno de Sochi estuvieron precedidas por numerosas protestas contra la homofobia rusa. Creo que se ha golpeado la imagen de Rusia en el mundo por estas leyes claramente homofóbicas.

Sin embargo, todavía no se han logrado derogar. Quizás la presión no ha sido suficiente, tal vez haya que ser paciente y mantener el boicot.

Mientras esto pasa, comparto estas fotos de personas LGBT dentro de Rusia que agradecen el apoyo del resto del mundo en esta campaña contra las leyes homofóbicas del Kremlin.

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