¿Recuerdan el caso de una joven de República Dominicana? Se llamaba Rosalba Almonte. A ella le diagnosticaron leucemia. Cuando iban a comenzar la quimioterapia, le hacen los exámenes de rutina y se dan cuenta que está embarazada.
Si
ella
comenzaba su tratamiento oncológico, tendría un aborto espontáneo.
La justicia de ese país prefirió que la joven muriera, a que le
permitieran hacerse un aborto terapéutico.
En
República Dominicana están prohibidos todos los tipos de aborto,
incluso por violación, incesto, malformación del feto o cuando
corre peligro la vida de la madre.
Otro
caso ahora en El Salvador
Un
caso similar se desarrolla en El Salvador. Una joven que le han
llamado
“Beatriz” para proteger su identidad, tiene lupus e insuficiencia
renal grave. Su vida está en riesgo y necesita atención médica
inmediata.
A
pesar de eso, los doctores se niegan a brindarle un tratamiento
porque está embarazada y las drogas le provocarán un aborto. Pero
hay más. Resulta que el feto de Beatriz no tiene cerebro, es decir,
que no tiene ninguna esperanza de vida. Apenas salga del vientre,
morirá. Bueno, Beatriz le pidió al máximo tribunal salvadoreño
que le permita interrumpir el embarazo para comenzar a recibir su
tratamiento y poder salvar su vida.
¿Sabes
lo que le dijo la justicia? Que no. Que debía terminar el embarazo,
porque había que proteger la vida del “bebé”. Un bebé que
viene sin cerebro y que morirá de todas formas al “nacer”. Me
pregunto si puede llamarse “ser vivo” a un feto sin cerebro. No
tengo la respuesta.
En
dos platos, la justicia salvadoreña le está diciendo a esa mujer
que su vida no es importante, que vale más la vida de un feto sin
cerebro, sin ninguna posibilidad de sobrevivir, que la vida de una
mujer de 22 años con todas sus facultades.
El
titular que ven arriba es indignante. La prensa de derecha ha llegado
a decir en primera página que la “Corte decidió proteger la vida
de Beatriz y su hijo” ¿Cuál hijo? Un feto sin cerebro no es un
hijo ¿Cuál vida de Beatriz? Si sigue el embarazo, ella morirá. Es
como para los anales del fascismo machista y el patriarcado.
Condena
internacional
Las
reacciones no se hicieron esperar. La
Corte Interamericana de Derechos Humanos dictó medidas provisionales
a favor de Beatriz. Este tribunal supranacional solicitó al Estado
salvadoreño que autorice el aborto terapéutico, pero la justicia
volvió a decir que no.
La
comunidad internacional, la ONU y organismos de DDHH le han pedido al
estado salvadoreño que evite nuevos casos como el de Beatriz y
que revise su prohibición al aborto.
Afortunadamente,
la
presión internacional dio sus frutos y el gobierno de Mauricio Funes
ha autorizado que le hagan una cesárea a Beatriz. Es lo mismo, pero
dicho diferente. Ella pedía un aborto, el gobierno le sacará al
feto sin cerebro a través de una cesárea.
En
teoría, el gobierno está desafiando al máximo tribunal. Esperemos
que este caso permita un debate abierto y plural sobre la prohibición
del aborto en América Latina y el Caribe.
En este link pueden pueden ver una entrevista a Beatriz realizada por la agencia AFP. Ella permanece en ese hospital esperando que le interrumpan el embarazo. Amnistía Internacional logró recoger 90 mil firmas en pocas horas en apoyo a Beatriz y las entregó en la embajada de El Salvador en España. Exigen al gobierno de Mauricio Funes que actúe inmediatamente.
Por
su parte, la plataforma Decidir Nos Hace Libres solicitó al gobierno
español que le conceda asilo político a Beatriz, incluso otras
organizaciones se han ofrecido a pagarle el viaje para practicarle el
aborto en suelo español. Allí las mujeres sí tienen derecho a
interrumpir un embarazo.
Hay
muchos casos como Beatriz
En
1998 El Salvador eliminó el derecho de las mujeres a practicarse
cualquier tipo de aborto. Las gestiones de la jerarquía católica en
esos años dieron sus
frutos.
Casos
como el de Beatriz hay muchos. Así lo confirman las activistas
feministas salvadoreñas como Morena Herrera de la
Agrupación para la Despenalización del Aborto Terapéutico. “Hay
más casos como el de Beatriz pero no salen a la luz. Mujeres que se
enfrentan a la cárcel, la muerte o a secuelas graves por no poder
recibir un aborto terapéutico”
Una
mujer que aborte en El Salvador puede enfrentar hasta 50 años de
cárcel. Pregunto qué castigo recibe un hombre que abandona a una
mujer embarazada. Seguramente será diferente, aunque este abandono
pueda compararse socialmente como un aborto.
En
total son cinco los países latinoamericanos y caribeños que no
permiten ninguna modalidad de abortos. El Salvador, Nicaragua,
Honduras, República Dominicana y Chile. Ni en violaciones, incestos,
malformaciones del feto, cuando corre peligro la vida de la mujer ni
mucho menos por decisión libre de la persona embarazada.
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