Esta
es una buena noticia. Avesa y la Universidad Simón Bolívar
organizan una nueva cohorte del Diplomado “Promoción de la Salud
Sexual y Reproductiva Adolescente. Para las personas interesadas en
este tema, es una excelente oportunidad. No es la primera vez que
Avesa lo dicta, eso habla de la calidad del mismo.
La
información nos llegó gracias a la red de información de nuestra
compañera Gladys Parentelli. La invitación la envió Mercedes
Muñoz, presidenta de Avesa. Iba acompañada con el afiche que ven
arriba y con este texto que me encantó. Está largo pero bueno. Les
confieso que mientras lo leía me entraron muchas ganas de hacer el
Diplomado. No tiene desperdicio. Acá se los transcribo:
Seis
Razones para cursar el Diplomado “Promoción de la Salud Sexual y
Reproductiva Adolescente”
1
Venezuela
es el país con más embarazos adolescentes de Suramérica ¡Uno de
cada cuatro partos es de una mujer menor de 19 años! En el informe
sobre el Estado de Población Mundial 2011 del Fondo de Población de
las Naciones Unidas, Venezuela encabeza la tasa de embarazos precoces
de Suramérica con una tasa de 101 nacimientos por cada 1.000 mujeres
de 15 a 19 años, por delante de Ecuador (100) y Colombia (96) y solo
superada en Centroamérica por Honduras (108) y Nicaragua (109). El
propio presidente Chávez ha calificado estas cifras de alarmantes.
En un acto llevado a cabo el 25 de noviembre del 2011 en el Teatro
Municipal reseñó que de los 591 mil 303 nacimientos registrados en
2010, más de 130 mil alumbramientos corresponden a madres entre 15 y
19 años; y cerca de 8 mil a adolescentes menores de 15. Por esa
misma fecha, la Ministra de la Juventud Maripili Hernández señaló
“Nos hemos encontrado con un grupo muy importante de jóvenes que,
aun conociendo los métodos, no evitaron el embarazo. Y esto sucede
porque tener un hijo para una joven adolescente que no tiene mayores
proyectos de futuro, puede convertirse en un proyecto de vida”.
Para hacerle frente a la grave problemática del embarazo adolescente
en Venezuela el presidente anunció el 12 de noviembre del 2012, la
creación de la Gran Misión Hijos de Mi Pueblo que prevé una
asignación mensual de 430 bolívares (100 dólares) para madres
pobres adolescentes. Según informa la Ministra de la Juventud para
recibir la ayuda, las adolescentes embarazadas deben inscribirse en
centros maternales para controlar su embarazo, y allí recibirán
programas de prevención sexual, planificación familiar y
capacitación. ¿Será esta una política efectiva para disminuir el
alto índice de embarazos en nuestro país?
2
Particularmente
en América Latina la maternidad constituye un valor básico de la
identidad femenina. La socióloga María Nieves Rico afirma en su
artículo Mujer y Desarrollo publicado por la CEPAL en 1993: Por su
enorme importancia en la vida de las mujeres latinoamericanas, la
maternidad, como hecho biológico y cultural, requiere ser estudiada
no sólo como una decisión circunstancial individual sino como un
hecho social y como espacio de prestigio y autoafirmación de las
mujeres, debido al importante papel que juega en sus identidades y
las relaciones de género”. El análisis riguroso de la grave
problemática del embarazo y la maternidad adolescente en Venezuela,
exige considerar el peso cultural que tiene sobre nuestras
adolescentes -sobre todo las que tienen menos oportunidades- la
valoración social de la maternidad en nuestra cultura. La maternidad
como identidad y destino está plasmada de manera dramática en la
forma en que estas adolescentes venezolanas se ven a sí mismas. Un
asunto que debería llamarnos a la reflexión. Nuestras adolescentes
están teniendo hijos por las razones equivocadas: o para conseguir
compañía, o para compensar carencias, o para tener algo realmente
suyo, o porque es su única oportunidad de construir una identidad
y/o sentirse realizadas como personas. Esta visión de los hijos y la
de la maternidad como identidad fundamental y único destino de las
mujeres, tan característica de nuestra cultura, es una de las causas
principales del alto índice de embarazos en las adolescentes en
nuestro país. Por lo tanto, cualquier proyecto dirigido a enfrentar
esta grave problemática debe que incorporar un programa de educación
sexual serio y bien fundamentado de alcance nacional, que tenga como
objetivo la transformación de esos patrones culturales.
3
El
abordaje del embarazo adolescente requiere transformar la forma en
que las mujeres venezolanas nos vemos a nosotras mismas y los
patrones sobre los cuales estructuramos nuestra identidad. En primer
lugar, plantea desarrollar una estrategia que permita la verdadera
elegibilidad de la maternidad, es decir, su transformación en
verdadera opción de vida. En ese sentido, proponemos una serie de
acciones dirigidas a población adolescente de las clases populares:
1) Abrir espacios de discusión en centros educativos y comunidades
para reflexionar sobre la condición de la mujer y los determinantes
sociales de la imagen de feminidad en nuestra sociedad; 2) Apoyar
iniciativas de ONG's que orientan su acción hacia el replanteamiento
de la educación sexual desde una perspectiva fundamentada en el
dialogo y la toma de decisiones conscientes; 3) Desarrollar planes de
capacitación para las jóvenes madres a fin de lograr configurar
planes futuros donde antes no existían y así evitar que tengan más
hijos en las mismas condiciones que el primero. Y es que el embarazo
en adolescentes es una problemática compleja, propuestas
improvisadas y desvinculadas de los factores psicosociales que la
determinan no solo son ineficientes sino que pueden agravarla.
4
Creemos
necesario considerar el enorme riesgo que implicaría que en la
ejecución de la Misión Hijos de mi Pueblo se cumpliera sólo con el
aporte económico decretado, y se dejaran de ejecutar los otros
componentes previstos en la Misión y anunciados por la Ministra de
la Juventud: prevención de nuevos embarazos, control prenatal,
planificación familiar y capacitación académica y laboral de las
muchachas embarazadas o que ya son madres. Maestras y profesores
manejamos el concepto de “reforzamiento de la conducta” para
referirnos a una estrategia pedagógica a través de la cual se
recompensa al estudiante cuando ha alcanzado un objetivo didáctico.
Premiamos a nuestros/as alumnos/as con la finalidad de
estimularlos/as a repetir las conductas que consideramos positivas.
Una adolescente, no deja de ser adolescente porque esté embarazada o
porque se haya convertido en madre, una madre adolescente está en el
mismo momento evolutivo que su compañera que no lo es y, como ella,
aprende y repite las conductas reforzadas por el entorno. El apoyo
económico a las madres adolescentes, si no está acompañado de un
programa de prevención y atención en servicios de salud sexual y
reproductiva bien estructurado a partir de la reflexión sobre los
factores socioculturales que determinan la visión que las
adolescentes venezolanas tienen de la maternidad, no tendrá buenos
resultados.
5
En
el año 2002, la Sesión Extraordinaria de las Naciones Unidas sobre
los Niños declaró como prioritarias las medidas para que la
reducción de la mortalidad y morbilidad materna entre las
adolescentes embarazadas. Y es que según la Organización Mundial de
la Salud (OMS) las adolescentes de 15 a 19 años tienen el doble de
probabilidades de morir en el parto, y en las de 14 o menos la
probabilidad es cinco veces mayor. Los estados están obligados a
garantizar servicios de atención en salud sexual y reproductiva
específicos para las adolescentes embarazadas, con la finalidad de
reducir los riesgos de muerte o discapacidad de las madres
adolescentes. El acceso a servicios de atención médica capacitada
para el control del embarazo, la atención en el parto y el postparto
específicos para las madres adolescentes no sólo garantizan el
derecho a la salud de estas venezolanas, sino su derecho a la vida.
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela establece
en su artículo 76: “El Estado garantizará asistencia y protección
a la maternidad, en general a partir del momento de la concepción,
durante el embarazo, el parto y el puerperio (post parto).” Es
deber del Estado garantizar a las madres adolescentes el acceso a
servicios de atención especializados durante el embarazo, el parto y
el postparto.
6
Las
adolescentes tienen que aprender a tomar decisiones responsables en
relación al ejercicio responsable de la sexualidad donde además del
amor y el deseo intervenga la razón. Las decisiones conscientes en
relación al ejercicio de su sexualidad solo son posibles partiendo
de una educación sexual adecuada en la escuela y en la casa. Un
informe a nivel mundial realizado por el Fondo de Población de
Naciones Unidas en el 2003, señala que sólo una proporción muy
pequeña de jóvenes recibe información sobre salud sexual y
reproductiva de sus padres o docentes debido a la carencia por parte
de educadores y padres de información fidedigna o capacitación
para transmitir información sobre este tema a los jóvenes, y a la
falsa creencia de que hablar de cuestiones privadas alentará en
los/as adolescentes la promiscuidad o la experimentación temprana en
cuestiones sexuales. El hecho de que padres, madres y docentes no le
hablen de sexualidad a sus hijas e hijos no significa que muchachos y
muchachas dejen de buscar información sobre el tema, lo que
normalmente ocurre es que la averiguan a través de fuentes poco
confiables: compañeros y amigas de la misma edad e igual de
desinformados, Internet, televisión y otros medios de
entretenimiento. “De los mil millones de adolescentes que pueblan
el mundo cada año: Alrededor de 15 millones de jóvenes de entre 15
y 19 años dan a luz; 2 millones son objeto de prostitución; 100
millones contraen una Infección de Transmisión Sexual; y 4 millones
se someten a un aborto.” Venezuela por supuesto no es una
excepción. Cuando un problema afecta a tantas personas deja de ser
un asunto privado y se convierte en un problema público. Definir un
problema como público implica, entre otras cosas, que todos los
integrantes de la sociedad estamos involucrados en el compromiso de
acordar normas y estrategias para hacerle frente. Es urgente la
creación de un Plan Nacional de Educación Sexual que involucre a
padres, madres, docentes y líderes comunitarios con metas precisas a
corto, mediano y largo plazo, para cumplir con el sueño de que algún
día no haya una sola adolescente venezolana, embarazada, ni
prostituida, ni viviendo con VIH, ni sometida a las calamidades del
aborto clandestino. Dejemos de lamentarnos y juzgar a la juventud y
¡Empecemos a trabajar! ¡Venezuela necesita profesionales formados
para diseñar y ejecutar actividades, programas y proyectos en
escuelas, centros de salud y comunidades destinadas a promover de
manera efectiva el ejercicio responsable de la sexualidad en la
población adolescente! ¡Tú puedes ser uno/a de ellos/as!
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