.jpg)
Carlos Eduardo Jaramillo
No, no teníamos flautas ni guitarras
ni tocacintas, sólo la música del mar
(sin el recitado
porque no la oíamos)
hacíamos el amor sobre la arena
bajo el agua la sal la espuma las conchillas
tú eras el mar y yo algas y estrellamares
y crustáceos hermosos los sexos batallando
sus batallas perdidas.
Desatracó mi cuerpo en tus muslos dorados
y se fue mar adentro
y del amor quedó tan solo el aleteo
de tu pelo en el viento de la tarde.
Cuando el olvido nos echó de golpe
frente a frente
éramos ya dos crustáceos ciegos
temerosos
tocándose y huyéndose
ante un mar sin edad
pletórico y perverso.
***
Este poema lo leí en la Antología de poesía erótica de la Editorial Leviatán. La selección estuvo a cargo de Claudia Schvartz y se imprimió en 1988 en Argentina. Acá puedes leer mi comentario sobre esta obra.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario