martes, 18 de junio de 2013

¿Qué pedimos este año en la marcha del orgullo?


 
¿Qué exigimos? ¿Por qué peleamos este año? Esta pregunta debería surgir cada año al momento de organizar la marcha del orgullo LGBTI. Claro, esto ocurre si entendemos la marcha como una actividad política y no sólo como una celebración.

¡Olé, chaval!
En España, por ejemplo, las organizaciones se reunían dos veces al año. Era como un gran cónclave marica. Un primer encuentro era para definir el objetivo de ese año, el lema, etc. El segundo era una reunión de evaluación.

Allá la idea funcionó. Todos los años la marcha la encabeza una gran pancarta que la lleva un gentío. Al principio faltaban manos para llevarla, pero poco a poco las organizaciones españolas lograron sumar a políticos de izquierda, líderes sindicales, ecologistas, feministas, a esa gran valla.

La mayoría de los que tomaban la tela eran heterosexuales que se solidarizaban con nuestro reclamo. Ese letrero enorme tenía un slogan que cambiaba cada año: Matrimonio igualitario, Basta de crímenes de odio, Ley de identidad, el Voto rosa, etc.

Antes de los recortes de Mariano Rajoy, la marcha del orgullo en Madrid era el evento con mayor convocatoria de toda España. Ahora son los indignados y el 15 M.

¡Andale, chamaco!
Arriba ves el afiche de la marcha por el orgullo en la capital mexicana. Me lo mandó mi pana Manuel Anteliz. Llevan 34 años haciendo esta actividad. Treinta y cuatro. En ese tiempo es mucho lo que ellxs han aprendido. En Caracas estamos marchando desde el 2001 y se siente como si hubiese pasado medio siglo.

Volviendo a México, en la capital de ese país gobierna un partido de izquierda, pero de verdad verdad. El Partido de la Revolución Democrática, el PRD. Ellos han legislado para reconocer el derecho de las mujeres a abortar y el matrimonio entre personas del mismo sexo. En el DF de México es legal interrumpir el embarazo y se pueden casar las parejas gay o lesbianas.

Seguramente les falta lograr muchas cosas: Ley de identidad, ley antidiscriminación, protección laboral, policías y militares libres de homofobia, etc. Lo importante es que cada año, las organizaciones de la capital mexicana se ponen de acuerdo para definir una meta, un slogan y sobre eso se monta el resto de las actividades.

Este año el lema es “Educación sexual por derecho constitucional”. Están atacando uno de los nudos duros de la homofobia, el sistema educativo. Exigen programas de educación sexual efectivos en todos los niveles de formación. Además piden que se incluya la sexodiversidad como una opción válida de vida.

Cuando se intenta incluir estos temas en el pensum educativo es cuando sacan las garras las iglesias, las asociaciones de padres y representantes, los medios de comunicación conservadores, los políticos y artistas homofóbicos. “Nuestrxs hijxs son sagrados”, “Si ustedes se quieren casar, allá ustedes, pero con nuestrxs niñxs no te metas”.

La construcción de una sociedad más respetuosa y justa no se logra sólo con una ley de matrimonio igualitario. Una vez aprobada esta ley hay que ir al núcleo duro de la intolerancia y eso pasa por hacer cambios en los programas educativos. Ahí nos espera la batalla más larga.

Ojalá sirva este comentario y este afiche para que las organizaciones caraqueñas depongan sus diferencias y peleas estériles entre sí, apuesten de nuevo por cerrar filas y entiendan la visión panorámica de lo que tenemos por delante. El tamaño, influencia y poder de los que se oponen a nuestros derechos es enorme. Si comprendiéramos eso, no gastaríamos tiempo ni energía peleando entre nosotrxs.

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