Después de leer la biografía de
Reinaldo Arenas decidí que evitaría opinar sobre Cuba, a favor o en
contra. Los únicos que tienen derecho a hablar sobre Cuba son los
cubanos y cubanas. Los que viven dentro o fuera de la isla. Sólo
ellas y ellos.
Dicho esto, hace varios años compré
el libro de la bloguera Yoani Sánchez. Hace años, ella se fue de la
isla. Vivió en Europa. La nostalgia le pegó y decidió regresar a
Cuba y ejercer su derecho a disentir desde adentro. No ha sido fácil.
Ha recibido presiones, ataques, pero ella se mantiene firme en su
decisión de ejercer su derecho a disentir desde adentro. Por eso, su
testimonio me parece valiente.
Yoani no pretende ser una heroína ni
representar a nadie. Ella sólo cuenta lo que ve y lo que vive. Su
relato tiene tanta relevancia por su entorno. Ella vive en una
pequeña isla bloqueada durante más de 50 años por el imperio más
poderoso del mundo, una isla que asumió la fórmula del partido
único como mecanismo para enfrentar esta agresión externa. Una isla
con luces y sombras, como todas las creaciones humanas.
Con su blog, Yoani ha demostrado ser
más efectiva que el bloqueo ilegal de EE.UU. contra Cuba. Esto hace
que el testimonio de Yoani cobre tanta importancia para los medios
occidentales anticastristas.
Si quieres conocer cómo se vive en La
Habana del siglo XXI, este libro de Yoani te puede ayudar. Disfruté
mucho leyendo las notas cortas sobre su cotidianidad. En estos meses
ella realizará una gira por varios países latinoamericanos. Está
atento y atenta.
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