viernes, 26 de octubre de 2012

Me encantó la novela corta El abrazo del tamarindo de Milagros Socorro

“Desde la primera vez amé la menstruación. Me hacía sentir que todos mis músculos y mi piel estaban allí para amurallar una fábrica de jugos que se distribuían con eficiencia para hinchar aquí, almohadillar allá y dotarme, en general, de un olor y una envoltura de autoridad y cierto poder. El dolor que me recorría hasta las rodillas me advertía que la industria de zumos trabajaba sin parar, madurando semillas en mi vientre y preparándome para avanzar como un carro ciego hasta estrellarme contra la muralla de tendones en cuyos ojos encontraría el amor. Liduvina me lo había dicho muchas veces: una hemorragia de flores era el rito que me dejaría convertida en mujer, “y una mujer necesita un hombre”.

Curiosamente la placidez de mi descubrimiento quedó interrumpida cuando Liduvina hizo su aparición habitual. La evidencia de mi pubertad le provocó más aspavientos que si me hubiera visto convertida en sirena. Nada más repuesta de la impresión corrió a su cuarto, de donde regresó con un paquete de toallas del que extrajo una que me hizo poner en cuanto salí de la ducha. Mi primera sensación al andar con una toalla sanitaria entre las piernas era la de estar encaramada en un potro de algodón”.

No pude dejar de sonreír mientras leía este libro de Milagros Socorro, periodista y escritora venezolana ganadora del Premio Nacional de Periodismo en 1999 y autora de interesantes crónicas y libros de testimonio.

El abrazo del tamarindo, una novela para enamorarse de las mujeres de la tierra del vallenato y la cumbia, una obra de mujeres libres, plenas, soñadoras y aventureras.
Milagros Socorro. “El abrazo del tamarindo”. Alfaguara. Caracas, Venezuela. 2008.

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