Esta agenda incluía 4 puntos destinados a crear o fortalecer oficinas de atención al ciudadano en cada alcaldía, y dentro de esas oficinas tener una división especial para las personas LGBTI. También se hablaba de articular el trabajo de estas oficinas entre las 5 alcaldías del área metropolitana de Caracas.
Se trataba de un experimento inédito en Venezuela. Los grupos LGBTI haciendo lobby político con todas las toldas y candidatos/as. La iniciativa no tuvo mucho éxito, porque justo después de las elecciones, se anunció la convocatoria a la Enmienda por la reelección de cargos públicos... y la polarización partidista hizo nuevamente estragos entre las organizaciones LGBTI caraqueñas.
Cada grupo cerró filas a favor o en contra de la enmienda y muy pocos se acordaron de hacerle seguimiento a esta agenda de 4 puntos.
Luego vino la conformación de la Red LGBTI de Venezuela que contó con el apoyo y acompañamiento de ONUSIDA. De ahì surgió una agenda legislativa dirigida a la Asamblea Nacional. La idea era sólida, pero la Red perdió empuje en el camino y ahora está disminuida.
Sin embargo, ya los pasos se habían dado. Varios grupos y activistas comenzaron a tocar las puertas dentro de las organizaciones partidistas donde militaban. Algunas respuestas no fueron alentadoras, otras desconcertantes, pero esta gente hizo un trabajo de hormiguita y ahora podemos de decir que lo logramos.
Logramos que las dos principales fuerzas políticas del país hayan creado un espacio para visibilizar a la sexodiversidad y articular nuestras peticiones con la agenda política.
Desde el lado bolivariano se creó el Polo Patriótico Sexodiverso. Desde la Mesa de la Unidad se anunció la conformación de la Coordinación del Movimiento de la Diversidad Sexual - LGBTI.
Estas dos noticias me llenan de alegría. Esperemos que estos espacios puedan generar cambios dentro de la agenda de los partidos políticos venezolanos.
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