jueves, 28 de febrero de 2013

Sexo parejo

Ileana Ruiz de Mujica
Paraguaná, 17 de mayo de 2010

Somos una extraña pareja diferentemente igual. Él cocina, yo plancho. Él lava los platos y yo la ropa. Él pega los botones, yo limpio los zapatos. Cada semana nos turnamos los oficios de rutina. En casa él no me colabora en nada: asume su responsabilidad de cuido equitativamente conmigo.

Yo escribo, él toma fotografías. En la militancia política él se encarga del eje serrano, yo del costero. Él vela por la biblioteca libertaria, yo por el cine comunitario. Él agita, yo formo. Él escucha la radio, yo reviso los impresos. Él educa en la universidad, yo en espacios no convencionales.

Yo vuelo en parapente y navego el brioso Caroní, él prefiere las serenas lunas de Paraguaná. Disfrutamos sin celos ni prejuicios. Nos encontramos en la playa, intercambiamos música. Ambos sembramos: él las especies, yo los frutales.

Al fabricar él tiene más fuerza, yo más resistencia. Yo hago los adobes, él los pega. Él vacía los pisos, yo me encargo del friso. Él conecta las aguas blancas y servidas, yo la electricidad.

Ante cualquier conflicto optamos por el sexo oral: hablamos, discutimos, razonamos, nos expresamos hasta llegar a la mejor alternativa acordada. Consensuamos cómo, dónde y cuándo ejercer nuestra sexualidad sin creer en mitos urbanos ni cuentos de camino. Él bebe cocuy mientras lee, yo prefiero ron en tertulia con poetas.

Él baña al nieto, yo lo duermo. Él le canta La internacional, yo el Gloria al bravo pueblo en wayuunaiki. Yo lo llevo a la escuela, él lo acompaña en las tareas. Yo le enseño a ver el mundo bajo una maravillosa luz oblicua y que así lo verbalice y escriba, él que lo dibuje. Yo juego béisbol, él le construye ciudades y trincheras. Él le orienta las películas y programas televisivos, yo el internet.

A más de sesenta años de la publicación del Segundo Sexo de Simone de Beauvior (24 de mayo de 1949), libro que sacudiera la cultura androcéntrica universal, todavía hay un largo camino por recorrer para, en lugar de tener un primer y otro segundo, podamos disfrutar de un sexo parejo.

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