En
la madrugada del 19 de julio de 2013 le dispararon a un joven gay en
Caracas. Se llamaba Daniel Enrique Lozano, tenía 18 años y era
artista fonomímico y bailarín.
Daniel
trabajaba en el Zig Zag, un sitio de ambiente en la Avenida
Libertador de Caracas. El ataque ocurrió cerca de la discoteca. El
disparo le quitó la vida.
La
noticia la conocimos a través de Yonatan Matheus, coordinador de
Venezuela Diversa, una de las pocas organizaciones que hace un
trabajo directo con las compañeras transexuales de la Avenida
Libertador.
Segundo
crimen
Una
semana después, asesinaron a una joven transexual en Aragua. Se
llamaba Hernán Rafael Duno de 33 años. Ella
era peluquera. En la noche del sábado 27 de julio, cuando regresaba
a su casa, dos personas se le acercaron y le dispararon dos veces en
el pecho. A los pocos minutos su madre recibió una llamada
telefónica anónima informándole la muerte de su hija.
No
la robaron, no le quitaron ninguna prenda de valor. Sólo se le
acercaron y le quitaron la vida. Todo parece indicar que se trata de
un nuevo crimen de odio.
Los
tíos de esta compañera trans declararon a la prensa: “Era una
joven que no se metía con nadie, no tenía enemigos, se dedicaba a
tiempo completo a su trabajo como peluquera a domicilio, pero el
hampa desatada le arrebato la vida”.
Plantón
en la Fiscalía
Antes
del segundo crimen, el jueves 25 de julio, Venezuela Diversa organizó
una protesta frente a la Fiscalía para exigir justicia por los
crímenes contra personas LGBTI. Lo acompañaron integrantes de
Comunidad Metropolitana, Transvenus, Mas
Por la Vida y Proinclusion
y activistas transgéneros.
Los
asistentes denunciaron la impunidad y la inacción del Ministerio
Público frente a estos asesinatos. Además Yonatan declaró las
reiteradas agresiones y ataques de los policías y militares contra
las compañeras trans que ejercen el trabajo sexual en la Libertador.
Un
solo ejemplo
La
noche anterior a la protesta, varios funcionarios de la Policía de
Caracas le dispararon perdigones a las compañeras trans en la
avenida Libertador y a otras les rociaron gas paralizer en la cara.
Frente
a este nuevo ataque, Yonatan afirmó: “Por lo visto fue una burla
los acuerdos firmados entre nuestra institución y los funcionarios
de PoliCaracas en el acta N° 1691 de fecha 16/07/2013 en la sede de
la Defensoría del Pueblo Delegada del Área Metropolita. Exhortamos
a la Dirección de Derechos Humanos del Ministerio Público que abra
una averiguación al respecto y que los funcionarios implicados sean
sancionados”.
Peticiones
Venezuela
Diversa, la Comunidad Metropolitana y Transvenus entregaron una carta
donde le solicitan a la Fiscal general Luisa Ortega Díaz lo
siguiente: “1. Realizar pronunciamiento público en condena a los
actos de la violencia, actos de criminalidad e impunidad de los que
son víctimas directas las personas lesbianas, gays, bisexuales,
trans e intersexuales (LGBTI) en Venezuela; así como condenar la
criminalización de la lucha de las organizaciones LGBTI por parte de
algunos funcionarios públicos -especialmente los de seguridad
ciudadana-, y promover así el trabajo mancomunado y corresponsable
entre Estado y Sociedad Civil. 2. Ordenar y dirigir dentro de la
institución que usted preside, que investigue de manera completa,
imparcial, efectiva, y expedita los hechos de violencia y
criminalidad cometidos contra las personas LGBTI, garantizando así
el derecho al acceso a la justicia y debido proceso. 3. Crear una
Unidad especial para la atención a las personas LGBTI, con personal
formado y especializado en el tema, a fin de brindar la atención
adecuada y correspondiente a las necesidades de las personas LGBTI”.
Desde
este espacio me sumo a la solicitud hecha por nuestros compañeros,
expreso mis condolencias a los familiares y amigos de Daniel y
Hernán y ojalá encuentren a los responsables de estos dos crímenes
y los lleven a la justicia.
Este
hecho me recuerda varias tareas pendientes. Primero, la enorme
vulnerabilidad de las personas transexuales, gays y lesbianas que
trabajan en la Avenida Libertador o cerca de allí,
además de la discriminación que enfrenta el colectivo transgénero
en el país. Segundo, la necesidad de hacerle seguimiento a estos
crímenes e informar las novedades de las investigaciones policiales,
cuando las haya. Tercero, seguir trabajando con los policías de la
ciudad para mejorar su trato con las compañeras transexuales.
Cuarto, el silencio de la mayoría de las organizaciones LGBTI frente
a estos crímenes. ¿Ni un comunicado, ni un pronunciamiento? Nada.
Termino
agradeciéndote, Yonatan, por mantenernos informados de estos hechos.
Ojalá no haya impunidad en este caso y cesen las agresiones contra
las compañeras trans de la Avenida Libertador.
Si
quieres más información, revisa las siguientes notas
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