Esta nota era una deuda pendiente. El número trece de la revista ElDesafío de la Historia trajo un dossier especial sobre los piratas en las costas venezolanas. La coordinación de este trabajo fue responsabilidad de nuestro Emanuele Amodio.
Hay
de todo. En esas páginas puedes encontrar la canción del corsario,
los que llegaron a Venezuela, las reglas de la vida pirata, las
banderas que usaban, e incluso un texto especial de Rodolfo Izaguirre
sobre los piratas en el cine.
Yo
quería comentarles específicamente dos notas que no están firmadas
pero, supongo, son del equipo de la revista. La primera es sobre las
mujeres piratas y la segunda es sobre el matelotage, es decir, las
relaciones sexuales entre hombres piratas.
Mujeres
corsarios
Aunque
no sean muy conocidas, hubo mujeres en este oficio. Las más famosas
fueron Anne Bonny y Mary Read. La primera nació en Irlanda a finales
del siglo XVII y la segunda en Londres en la misma época. Sus vidas
las conocemos gracias a las crónicas de Daniel Defoe, el mismo autor
de Robinson Crusoe.
Anne
era hija natural, su nacimiento provocó un escándalo para su padre,
un hombre de leyes. Se mudaron a suelo americano para evadir las
habladurías. Anne no se llevaba bien con su madrastra así que en su
adolescencia se fue a las Bahamas a probar suerte.
Se
casó con un marinero y "se hizo famosa por su belleza y su
temperamento desenvuelto y sexualmente escandaloso". Anne fue
una gran amiga de un pirata homosexual conocido como Pierre.
Más
adelante ella conoce a Mary Read y algunos cronistas insinúan un
triángulo amoroso entre Anne, su esposo y Mary. La vida de Anne le
roba el aliento a cualquiera. Si quieres leer su historia completa,
busca el número trece de la revista El Desafío de la Historia o
consigue el libro Una historia general de los robos y asesinatos de
los piratas más famosos (1724) de Daniel Defoe.
Corazoncito
de corsarios
Anne
y Mary fueron excepciones a la regla. La vida pirata era un mundo de
hombres rudos y forajidos. No había espacio para mujeres. Algunos
cronistas decían que los corsarios disfrutaban una libertad sexual
prohibida en Europa.
"La
Cofradía de los Hermanos de la Costa tenía una institución de
mutua ayuda, llamada malotage, que deja entrever también la
posibilidad, casi institucionalizada, de parejas de hombres". Al
inicio era una relación de patrones y siervos, pero después
evolucionó a un contrato entre pares, exclusivo e inviolable.
Si
uno de los dos moría, el otro heredaba sus bienes. Tenía prioridad
incluso por encima de la familia biológica del difunto. Hay un
relato muy cómico de celos y traiciones entre un pirata, su matelot
y la esposa del corsario. Si quieres leerla busca el número trece de
la revista El Desafío de la Historia.
Muy interesante esta nota, y muy atractivo el blog en general. Gracias por tu trabajo.
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