En
mi adolescencia estuve unos meses en los Boys Scouts cerca de la
casa. No estuve mucho tiempo. Seis meses máximo. No sé muy bien
cómo funcionan por dentro, pero esta noticia me alegra.
Luego
de una larga pelea, la organización Boy Scouts de Estados Unidos
abre sus puertas a jóvenes abiertamente homosexuales. En Canadá
hace aaaaaños que permitían el ingreso de chamos gays y bisexuales.
No sé muy bien cómo es la organización mundial, pero evidentemente
los de EEUU tenían una clara política homofóbica.
Hagamos
un repaso. En el año 2000 el Tribunal Supremo de EEUU le dio la
razón al grupo diciendo que sí tenían derecho a prohibir el
ingreso de jóvenes homosexuales. Sin embargo, en los últimos 3 años
esta postura homofóbica le costó una gran parte de sus
patrocinantes y muchos de sus integrantes se retiraron. En este
momento sólo les queda un tercio de los exploradores que tenían en
1999. Un tercio. ¡Bárbaro!
El
cuento es que luego de una larga batalla interna, la organización
tuvo que cambiar una regla vigente desde hace 103 años. La decisión
se tomó con un 60% de apoyo en el encuentro nacional de Texas de
2013.
El
cambio de la norma entrará en vigencia a partir del 1 de enero de
2014. Sin embargo, ellos seguirán prohibiendo tener adultos
abiertamente gays o lesbianas en los grupos. Una victoria a medias,
que sólo abre paso para lo inevitable.
Tarde
o temprano, los dinosaurios saldrán y vendrán nuevas generaciones
con menos prejuicios sobre la diversidad humana.
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