
Olor a hombre mezclado con polvos y medias de red. Canta Cher. Se cree Cher. No sabe la letra. Es tan feliz ahí, en su escenario bajo tierra, que no se da cuenta de cómo se está rascando el trasero de red. Disis trong inof. Cuando termina, ve caer sobre sí rosas rojas, al público pararse y aplaudir, y a sus padres mostrando a todos la foto de la niña que se come los mocos, ella, la niña. Su amante la espera en la puerta del baño. Hace mucho que sus lenguas no tocan una mujer. Se lava la cara y las axilas, pero no se decide a salir a la calle. Ahí está, frente al espejo, y no se decide a salir a la calle. Se recorre, se aprueba, se gusta y piensa. En unos años le gustaría quedar embarazada.
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