Me gustó esta noticia de Uruguay. No sé si se dio antes o después de las lamentables declaraciones del Ministro de Defensa Eleuterio Fernández Huidobro.
El Ministerio de Defensa uruguayo restituyó los derechos de un militar expulsado por ser gay durante la dictadura militar. No se divulgó el nombre del militar. A él se le indemnizó y se le restituyó en el cargo de general.
Se trata de una señal positiva contra la impunidad y los crímenes cometidos durante la dictadura militar uruguaya que estuvo en el poder entre 1973 y 1985.
Lo que quiero subrayar es que en la actualidad, en varios países de la región se mantiene una política discriminatoria contra los militares LGBT y en todos nuestros países hay democracias.
Hasta la fecha los gobiernos de Argentina, Brasil y Uruguay son los únicos que han reconocido los derechos de las parejas de sus militares gays, lesbianas y bisexuales. Además la justicia colombiana obligó al Estado a reconocer los derechos patrimoniales de los militares que estén en una relación homosexual.
En el resto de los países hay acuerdos, documentos e incluso reglamentos firmados, pero siguen siendo letra muerta ante la discriminación y la homofobia reinantes en los cuarteles.
¿La Fuerza Armada Nacional Bolivariana de Venezuela permite el ingreso de militares abiertamente gays, lesbianas, bisexuales y trans? ¿Las FFAA de Perú o México tienen una política de tolerancia ante sus integrantes sexodiversos? ¿Qué decir de los países centroamericanos y caribeños?
Creo que nos falta mucho en esa materia. Argentina y Brasil han avanzado mucho y se encuentran a años luz del resto del continente en materia de respeto a la diversidad sexual en el sector castrense.
Ojalá que logremos avances en esa materia en todo el continente.
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