A ver. ¿Cómo procesamos esto? Oprah Winfrey es considera la mujer más poderosa del mundo. La revista Forbes la coloca como la mujer más rica del planeta con una fortuna de más de dos mil millones de euros. Es negra y nació en EEUU donde sigue presente un racismo a veces solapado y otras veces más frontal. Venir de abajo y convertirse en la mujer más rica del planeta, siendo negra y habiendo nacido en una sociedad racista, tiene su mérito.
Dicho esto, Oprah contó
en el programa de Larry King que fue discriminada en una tienda de
lujo en Suiza. El hecho ocurrió en la boutique Trois Pommes. Ella
quizo ver un bolso en piel de cocodrilo, pero la vendedora se negó
porque era "demasiado caro" para ella. “Usted no puede
costear ese bolso”, le dijo la coño esta. El bolso costaba 31 mil
dólares. En dos platos, no se lo mostró porque era negra y los
negros son unos pela bolas.
La vendedora no reconoció
a Oprah. No todo el mundo tiene que conocerla. El cuento llegó a la
televisión estadounidense y de allí al resto del mundo, cuando
Oprah lo contó en el programa de Larry King Entertainment Tonight.
Ahora la dueña de estas
tiendas de lujo ha tenido que salir a enmendar el capote. Aunque no
lo hizo muy bien. En lugar de disculparse, Trudie Goetz, dueña de la
cadena Trois Pommes, aseguró que todo fue un malentendido
(ujjjuuumm), que su empleada no tuvo ninguna mala intención al
ofrecerle otros artículos en lugar del que ella quería ver
(ujjjuuuum) y que, por el contrario contrario, “todo el mundo
quiere vender un bolso de cocodrilo”. según esta tipa, el problema
es que la dependienta intentó ser “demasiado amable”.
El gobierno suizo todavía
conserva algo de sensatez y decencia. La oficina de turismo suiza se
disculpó con Oprah y afirmó que la vendedora no se portó
correctamente.
Finalizo este momento
farandulero preguntándome cuántas veces no ha ocurrido esto a otras
personas con rasgos negros, árabes, latinos, indios o asiáticos, y
el cuento no tiene alcance planetario porque no trabajan en medios,
ni son famosos, ni nada de eso.
El racismo es una
enfermedad y los europeos están en fase terminal. De esta lado del
charco, en suelo latinocaribeño, hay racismo, afortunadamente nos
mezclamos, nos ligamos, los colores de nuestras pieles son un
caleidoscopio mágico. La "raza perfecta" diría Benedetti.
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