Este texto se basa en uno que escribí en 2008, mucho más extenso. Si quieres leer el texto de 2008, haz click a continuación “Aportes para la historia de las organizaciones LGBT de Venezuela 1980 – 2008”.
En esta oportunidad, les confieso que me costó escribir sobre la última década. Desde el año 2010 estoy desconectado del mundo del activismo LGBT criollo. A continuación podrás leer el texto que le envié a Giovanni.
Apuntes para la historia de las organizaciones LGBT de Venezuela
Jorge González Durand
@BitacoraDSx
En los años 70 Venezuela vivió una bonanza petrolera. Fue un período de expansión económica extraordinaria. Los precios del barril se dispararon debido a la guerra del Yom Kipur y el embargo petrolero que los países árabes impusieron a los aliados de Israel.
Eran los años de la “Venezuela Saudita”. Muchos homosexuales y lesbianas pudieron viajar a EEUU y Europa y entrar en contacto con los guetos gay de las grandes ciudades como San Francisco, Nueva York, París y Londres.
En Venezuela el contraste era evidente. Las pocas tascas y discotecas estaban sometidas a continuos allanamientos y extorsiones de la policía.
La encrucijada
Frente a esa realidad, los LGBT criollos tuvieron dos opciones: irse a otro país donde hubiesen climas más tolerantes, o permanecer en Venezuela y tratar de generar los cambios desde adentro. Algunos se fueron, otros se quedaron. Entre los que se quedaron surgió el grupo Entendido y fueron los responsables de iniciar el movimiento de liberación LGBT del país.
La década de los 80: Los pioneros
En mayo de 1980 apareció el número cero de la revista Entendido, la primera manifestación organizada del colectivo LGBT venezolano. Fue una publicación editada en Caracas por el grupo del mismo nombre entre 1980 y 1983. El equipo lo integraron Edgar Carrasco, Julio Vengoechea, Miguel Lorenzo, Luis Álvarez, Adbel Güerere, entre otros.
Entendido era un grupo homosexual de izquierda. “Estábamos muy influenciados por el movimiento gay italiano que tenía nexos con el partido comunista –explica Edgar Carrasco–, y los libros que leíamos estaban relacionados a esa tendencia”. Esto originó que los sectores conservadores de la sociedad caraqueña señalaran a Entendido con un doble estigma: el grupo de las locas rojas.
En mayo de 1983 se anunció el primer caso de Sida en el país. Este hecho desató la alarma en los medios de comunicación que desplegaron en grandes titulares la llegada del “cáncer gay” a Venezuela.
El grupo se disolvió a mediados de ese año. La revista no pudo seguir saliendo. “Lo que mató a Entendido no fue el Sida –declara Carrasco–, a pesar de que mucha gente involucrada con el proyecto se infectó y falleció posteriormente. Cerramos por problemas económicos”.
En 1984 el Ministerio de Sanidad y Asistencia Social creó la Comisión de Sida que luego se conoció como la Oficina de Prevención y Lucha Contra el Sida. Esta fue la primera respuesta institucional del Estado venezolano para frenar el avance de la enfermedad.
En 1987 Carrasco fundó Acción Ciudadana Contra el Sida (Accsi), motivado por la muerte de muchos amigos. Accsi fue una de las ONG’s pioneras en la lucha contra esta epidemia.
Los años 90: una década de silencio
A principios de los 90, la prensa reseñó un juicio emblemático de la empresa pública de telecomunicaciones, la Cantv. Un empleado con VIH ganó un recurso de amparo que obligaba a la compañía a reintegrarlo a su puesto de trabajo. El fallo además exigía a la Cantv a eliminar prácticas laborales discriminatorias.
A esa decisión contra la Cantv, se han sumado otras en las Fuerzas Armadas, la petrolera pública Pdvsa, el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales y el Ministerio de Salud.
Estas decisiones judiciales permitieron que Venezuela fuese uno de los primeros países de América Latina en garantizar el acceso universal al tratamiento antirretroviral.
Se rompe el silencio
Diez años después de la llegada del Sida, el colectivo LGBT venezolano no había podido reorganizarse. La enfermedad seguía afectando a los hombres gays y bisexuales.
En 1993 Oswaldo Reyes registró el Movimiento Ambiente de Venezuela (MAV), la segunda organización LGBT del país. Al año siguiente salió al mercado Igual Género, la revista oficial de este grupo. Al inicio, el MAV y su revista se sostuvieron con fondos propios. Luego en 1996 contó con financiamiento de la Unión Europea en un proyecto de prevención de VIH/SIDA.
La Asamblea Constituyente
En 1998, Hugo Chávez ganó la presidencia de Venezuela y convocó a una Asamblea Constituyente. La meta era redactar una nueva carta magna. Oswaldo Reyes reunió las firmas requeridas para postularse, pero no resultó electo. Sin embargo, se había logrado colocar en la agenda pública el tema de la diversidad sexual. Reyes fue el primer candidato abiertamente homosexual de Venezuela.
Durante esos años, el MAV atravesó por varias crisis internas que originaron la salida abrupta de algunos de sus integrantes y la creación de nuevos grupos. El MAV fue sin quererlo una escuela de líderes y un semillero de organizaciones. Posteriormente muchos miembros del MAV dirigieron nuevos espacios LGBT o vinculados al VIH/SIDA.
Sida como elemento aglutinador
La llegada del VIH marcó un punto de inflexión en el movimiento LGBT contemporáneo. La población sexodiversa masculina fue literalmente diezmada.
Paradójicamente el escenario LGBT internacional se fortaleció con el Sida al desplazar su atención del hedonismo hacia la solidaridad y el activismo político contra la epidemia.
Aliaga y Cortés (1997) plantean: “Lo que consolidó el movimiento gay y lésbico en América Latina fue la crisis del Sida. Esta enfermedad fue el catalizador que permitió fortalecer a muchos grupos LGBT en la región gracias al financiamiento de organismos internacionales”. La experiencia venezolana confirma esta opinión.
El hecho de que las nuevas agrupaciones hayan prosperado con el dinero del Sida ayudó a alienar aún más a las mujeres lesbianas y bisexuales dentro del movimiento. Por eso, el gran desarrollo de los grupos LGBT latinoamericanos con recursos del Sida en los años noventa es principalmente de grupos en torno a la problemática del varón homosexual.
Inicio de siglo: nuevos grupos, otras voces
En 1998 la Asociación para la Salud Integral y Ciudadana de América Latina (Asical) y los programas nacionales de Sida de los países andinos impulsaron una serie de talleres de análisis de situación y respuesta de hombres que tienen sexo con hombres (HSH).
El objetivo era elaborar un Plan Estratégico en VIH/SIDA para los países andinos. En Venezuela este trabajo concluyó que era necesario aumentar la visibilidad de los grupos LGBT nacionales.
Uno de los resultados concretos del taller fue la creación en el 2001 de la Red de Organizaciones GLBT de Venezuela, un espacio que agrupaba a las nacientes ONG’s que trabajaban en diversidad sexual o VIH/SIDA.
En junio de 2001 la Red GLBT organizó el primer orgullo por la diversidad sexual del país. El poder de convocatoria de las actividades rebasó las estimaciones más optimistas y fue positiva la respuesta de los medios y periodistas.
A pesar del impulso inicial, la Red se disolvió a principios del 2002 debido a las diferencias internas de sus miembros.
Hubo varios intentos para crear espacios de articulación entre grupos, pero fracasaron. En 2004 fue el Grupo de Trabajo GLBT; y en 2006, la Red LGBT de Venezuela. Ninguna de estas iniciativas prosperó debido a las diferencias personales entre liderazgos y a la polarización política.
Siete comentarios a manera de cierre
1
A partir del 2004, comienzan a aparecer grupos LGBT en otras regiones del país. Hasta ese momento, las experiencias de activismo sexodiverso estaban concentradas en la capital venezolana.
Este fenómeno positivo aumentó el número de voces dentro del activismo criollo y le restó importancia a las peleas internas de las organizaciones caraqueñas.
De hecho, la campaña por el matrimonio igualitario fue una idea de Venezuela Igualitaria, un grupo del interior del país. Otros grupos surgidos fuera de Caracas son Activistas por la Vida, el Movimiento Somos y la Fundación Amanecer.
2
La polarización política ha afectado la capacidad de las organizaciones LGBT para trabajar de manera articulada. Cada vez que el país atraviesa picos de confrontación política, los grupos se resienten.
3
A pesar de ese efecto negativo, considero un avance que aparezcan grupos LGBT con posiciones ideológicas. Esto enriquece el debate y crea frentes dentro de los partidos políticos. Gracias a este proceso, el Gran Polo Patriótico (chavismo) y los partidos de oposición Un Nuevo Tiempo y Voluntad Popular incorporaron parte de las demandas LGBT a sus agendas de trabajo.
4
En estos años, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) emitió dos sentencias favorables a la comunidad LGBT. En 2008 el TSJ prohibió la discriminación por orientación sexual e identidad de género. En 2016 el máximo tribunal reconoció los derechos de los hijos de las familias homoparentales.
5
La Revolución Bolivariana está en deuda con la población LGBT. Se ha avanzado muy poco en estas dos décadas en materia de diversidad sexual. No tenemos matrimonio igualitario ni uniones de hecho, ni ley de identidad, ni ley antidiscriminación. Algunas leyes mencionan el tema de forma tangencial, pero no es suficiente.
En 2017 la Asamblea Nacional Constituyente aprobó la Ley contra el odio, cuyo articulado protege a la población LGBT. ¿Los tribunales estarán dispuestos a sancionar a los que promuevan públicamente la homofobia y los crímenes de odio? Solo el tiempo lo dirá.
6
El chavismo tuvo la posibilidad de legislar favorablemente entre 2005 y 2015 que tenía mayoría en la Asamblea Nacional. No lo hizo. La oposición tuvo la misma oportunidad desde 2015, tampoco lo hizo. La excusa de lado y lado es que no es el momento adecuado. Se priorizan otras demandas sociales.
Tenemos organizaciones LGBT muy débiles incapaces de aplicar presión a nuestros representantes políticos para avanzar en una agenda sexodiversa. Esta debilidad se refleja en el debate público. Las actividades que se realizan no son reseñadas por los medios de comunicación.
7
Si quieres conocer más del movimiento LGBT venezolano, busca información de estos grupos que han funcionado en las últimas dos décadas: Alianza Lambda, Unión Afirmativa, Contranatura, Venezuela Diversa, Alianza Sexo Género Diversa Revolucionaria, Venezuela Igualitaria, Ases de Venezuela, Colectivo de Lesbianas Josefa Camejo, Transvenus, Divas, Fundación Reflejos y Tertulias de la Diversidad Sexual.
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