Esta
historia me encantó. Cuando escucho noticias como estas, siento que
no estamos tan lejos de lo que estamos peleando.
Ella
es Coy Mathis. Nació con pene, pero desde muy pequeña expresó que
se sentía una niña. Como Coy debe haber millones de niñas y niños
en el mundo. La diferencia es que Coy contó con el apoyo de sus
padres. Ellos al darse cuenta que su hijo era transgénero,
decidieron tratarla como una niña.
En
diciembre de 2012, Kathryn y Jeremy Mathis sacaron a su hija de la
escuela Colorado Spring. Lo hicieron porque no le permitían a Coy
seguir usando los baños para niñas. Las autoridades de la escuela
querían que Coy usara el baño de varones o uno individual. Sus
padres pudieron haberlo hecho y dejar pasar este incidente, pero
decidieron dar la batalla legal.
Kathryn
y Jeremy hicieron la denuncia ante la División de Derechos Civiles
de Colorado. En esa región de EEUU hay un estatuto
antidiscriminación que incluye a las personas transexuales.
En
junio de 2013, esta División falló a favor de la pequeña y ahora
la escuela debe permitirle a Coy regresar y seguir usando el baño de
niñas. Los padres de Coy Mathis ganaron una batalla legal que
seguramente tendrá repercusiones legales dentro y fuera de EEUU.
Al
conocer la noticia su mamá dijo que no se trata solo de una victoria
para Coy, sino también "para todos los niños transexuales que
no tendrán que pasar su infancia siendo discriminados".
Uno
lee las declaraciones de los padres de Coy y siente que todavía es
imposible que esto pueda ocurrir en nuestra América latinocaribeña.
Sin embargo, hay muchos adultos heterosexuales capaces de entender la
vivencia de las personas trans. Justo ahora pienso en la madre de
Rummie Quintero Verdú. Ella lo hizo, ¿por qué los demás no
pueden?
Los
padres de Coy contaron con el apoyo del Fondo para la Defensa Legal y
la Educación de los Transexuales. Sus siglas en inglés son TLDEF.
En nuestros países no tenemos un equivalente al TLDEF de EEUU. La
mayoría de nuestras organizaciones son estructuralmente muy débiles
y no cuentan con financiamiento público o privado. Sin embargo, hay
activistas que pueden brindar asesoría legal en la materia. El
primer nombre que se me viene es Tamara Adrián en Venezuela.
Quizás
sea muy difícil escuchar una historia similar a la de Coy en suelo
latinoamericano. Igual no hay que perder la esperanza. Cuando yo
estaba en la universidad veía las noticias de matrimonio igualitario
en Europa y una década después, cinco países de la región han
legalizado o están a punto de legalizar estas uniones.
Conoce
los detalles del proceso legal y sus repercusiones en esta nota de la
BBC
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