Me encantó este artículo
de Florence Thomas sobre la supuesta crisis de la familia
tradicional. Ella es coordinadora del grupo Mujer y Sociedad de
Colombia. Sin desperdicio su texto. Si te gusta, recomiéndaselo a
tus panas.
La familia en crisis:
¿cuál familia en crisis?
Florence Thomas
Si se trata de la sagrada
familia, por supuesto que está en crisis y diría incluso que está
desapareciendo. La sagrada familia, judeocristiana, profundamente
patriarcal, maternalista y conservadora, estaba conformada por papá,
mamá, hijos e hijas. Podría añadir carro, casa y beca. Esta sí
está desapareciendo.
Sin embargo, la familia
–entendida en un contexto de modernidad y de profundos cambios–
sigue siendo la célula básica de la sociedad. Es necesario,
entonces, ponernos de acuerdo sobre lo que entendemos por familia.
Hace poco, el Consejo de Estado, a propósito de una demanda
particular, expidió una sentencia y conceptuó sobre la familia de
la siguiente forma: “La familia podrá estar constituida por un
padre y una hija, o por una madre soltera con su respectivo
primogénito, o por la tradicional decisión libre y voluntaria entre
un hombre y una mujer de hacer vida conyugal, o por la decisión
libre y voluntaria de dos personas del mismo sexo que se profesan
amor y desean realizar vida conyugal (…); es decir, una forma de
unión de personas que asumen lazos de solidaridad, apoyo, cariño,
amor y convivencia”. Por cierto, esta conceptualización que
refleja de alguna manera los profundos cambios de las sociedades
modernas ya es bien diferente de la de la Constitución de 1991,
cuando afirmaba que la familia es “una institución básica de la
sociedad, conformada por el matrimonio entre un hombre y una mujer”.
Hoy entendemos que ya no
es primordial su formalización, sea civil o religiosa. Y esto no
significa de por sí una grave crisis de la familia, como lo propone
Álvaro Sierra, profesor del Instituto de la Familia de la
Universidad de La Sabana. En primer lugar, porque las familias
monoparentales existen desde hace décadas e incluso siglos en
Colombia. Familias sin la presencia del padre, familias extensas,
familias desplazadas encabezadas por una mujer con sus hijos, hijas,
abuelos, tías y otros miembros cercanos.
Estas han sido y seguirán
siendo pan cotidiano en Colombia. Nada nuevo bajo el sol y muchas
investigaciones que corroboran este hecho, mucho menos ideológicas
que las de la Universidad de la Sabana. Sólo hojeando el informe
‘Basta ya’, del CNMH, se entiende que las familias tradicionales
desaparecieron y se generaron recomposiciones familiares a la luz de
los dramáticos acontecimientos de este doloroso país.
Además, y con una mirada
feminista, las mujeres están entendiendo que la familia tradicional
no es, ni nunca fue, el nidito de amor o el paraíso que los
imaginarios culturales nos querían inculcar. La familia también es
y ha sido un infierno, y para validar esta mirada basta consultar las
estadísticas de violencias familiares o domésticas del país. Según
la OMS, el hogar es actualmente el lugar más peligroso para una
mujer. La violencia sexual en el interior de la familia representa
aproximadamente un 85 por ciento de los casos de violencias contra
las mujeres y los victimarios son, en la mayoría de los casos,
hombres.
Finalmente, y en cuanto a
la desaparición de la figura del padre, no significa que los niños
y niñas crezcan sin figura paterna. Los hogares extensos se han
mantenido con estabilidad o sin ella, desde hace tiempo; son hogares
donde se concentran los hijos e hijas de las jóvenes madres, quienes
asumen con abuelos y abuelas la crianza. Y ahí hay siempre alguna
figura paterna que no tiene que ser obligatoriamente desempeñada por
el padre biológico. Y con esto no estoy diciendo que nos encontramos
en momentos gloriosos para la socialización de niños y niñas;
estoy afirmando que la famosa crisis de la familia es la añoranza de
la familia autoritaria y patriarcal.
Florence Thomas
Coordinadora del grupo
Mujer y Sociedad
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