Surge
el primer escándalo que involucra al nuevo Papa Francisco. Se trata
del caso de esta mujer Beatriz Valera y su hijo Gabriel. Él fue
violado a los 15 años por Rubén Pardo, el sacerdote católico de su
comunidad.
Ellos
tuvieron que esperar 11 años para que la justicia diera un fallo.
Por primera vez en la historia de Argentina un tribunal considera
cómplice a la Iglesia Católica y la obliga a indemnizar a la madre
y al hijo. Se trata de un fallo histórico.
La
decisión la tomó la Cámara de Apelaciones del municipio de
Quilmes, en la provincia de Buenos Aires. El obispado católico de
Quilmes deberá pagar más de 23 mil euros por el daño moral que
causó el encubrimiento de la violación de este adolescente.
Largo
proceso
Gabriel
fue violado el 15 de agosto de 2002 por este sacerdote. Le contó
inmediatamente a su madre y pusieron la denuncia ante Luis Stöckler,
el obispo de Quilmes de esa época.
"En
principio se mostró consternado, pero con el correr de los días no
mostraba decisión de tomar alguna medida", declaró la madre al
diario argentino Página 12. El obispo Luis Stöckler "intentó
minimizar el hecho, diciendo que yo tenía que ser misericordiosa con
las personas que eligen el celibato por vocación porque tienen
momentos de debilidad".
La
madre se dirigió al tribunal eclesiástico, "cuyo presidente no
quiso tomarme la denuncia", y en donde quince días después la
entrevistaron cuatro curas "que me sometieron a un
interrogatorio humillante, con preguntas lascivas y tendenciosas,
poniéndome a mí en el lugar del victimario, cuando ellos tenían
certeza de que el hecho había ocurrido porque el abusador había
admitido el hecho a las 96 horas ante su obispo, que lo amonestó".
Nexo
con Bergoglio
Beatriz
también fue a la curia metropolitana. Esa era la residencia del
exarzobispo de Buenos Aires Jorge Bergoglio, el actual papa
Francisco. De allí la quisieron expulsar con personal de seguridad.
La madre afirma que "Bergoglio, estaba al tanto de la denuncia".
¿Sabes
qué hicieron con este pedófilo con sotana? Lo enviaron a una casa
de la vicaría del barrio de Flores, dependiente del Arzobispado de
Buenos Aires, presidido por el actual Papa Bergoglio.
Beatriz
continúa: "En la Iglesia todos saben y todos callan, así que
todos son cómplices. (...) Bergoglio estaba al tanto de esta
denuncia. (...) Nadie se instala en una vicaría sin la autorización
del arzobispo. Ése es el compromiso de Bergoglio: de la boca para
fuera. (...) Ante casos de pedofilia, la Iglesia actúa encubriendo,
con hipocresía, con mentiras, con complicidad y sin compromiso ante
Dios y la sociedad. Todos saben y todos callan, así que todos son
cómplices. Y encima es una institución reverenciada por la
sociedad".
Por
ahora, la prensa latinoamericana ha silenciado el caso de Gabriel.
Están en la luna de miel del Papa Francisco. Seguramente ventilen
este caso cuando sus intereses se lo dicten.
No
al silencio
A
Beatriz intentaron callarla varias veces. El sacerdote pedófilo
murió en 2005 y la iglesia intentó engavetar el caso. El expediente
desapareció por dos años, pero Beatriz tiene una voluntad
inquebrantable.
Su
hijo Gabriel tuvo un intento de suicidio, estuvo en una clínica
psiquiátrica por esta violación. Ella dice algo que es cierto, "con
ningún dinero compensarán lo que hemos padecido".
Ahora
Gabriel tiene 25 años. Él contó su testimonio al diario español
Público. "Tenía pesadillas, no me podía dormir. A veces
sentía culpa por lo que había pasado, que es lo que buscaba la
Iglesia diciéndole a mi mamá que ella había inducido eso o que yo
había provocado a esta persona [Pardo] para que sucediera. (...) Hay
que actuar porque mucha gente tiene miedo o vergüenza a denunciar".
Uno de los momentos más difíciles fue cuando se perdió el
expediente: "Sentía que habíamos perdido, y que tantos años
de lucha y desgaste eran en vano".
Con
el apoyo de su madre, hermanos y los psicólogos, Gabriel ha podido
salir adelante. Entendió que él no era responsable de lo que había
ocurrido. "Hay mucha gente que no denuncia porque tiene miedo o
vergüenza al qué dirán por querellarse contra una persona con
investidura. Por eso hay que actuar". Gabriel ya no se considera
católico y está intentando tramitar su apostasía.
Un
nuevo caso de sacerdotes pedófilos
Poco
después de este fallo, Beatriz recibió una llamada telefónica.
Ella explica: "Hay dos sacerdotes que fueron trasladados a la
Arquidiócesis de Córdoba [en el centro del país] cuando hice la
denuncia. (...) El viernes me llamó una madre desgarrada porque su
hija de 4 años había sido violada por estos dos curas, que todavía
trabajan en una escuela. Tenía fisuras anales, hay fotografías de
ella y de otras compañeritas. Y otros niños están todavía en
riesgo".
La
madre de la niña violada no ha querido que trascienda la identidad
de su pequeña. Hizo la denuncia siete meses atrás y los dos
sacerdotes siguen trabajando en esa escuela con niños. Beatriz es
contundente: "Esto es una red de pedofilia, porque la maestra no
es ajena al hecho de que tres o cuatro nenas desaparecen del recreo y
aparecen más tarde. Eso se llama encubrimiento".
Si
quieres conocer más de este caso lee la nota "El Papa encubrió
al cura que abusó de mi hijo" de Ana Delicado del diario
español Público.
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