En
Turquía comenzaron unas protestas contra la destrucción de un
parque. La represión policial provocó la indignación de la
ciudadanía y vivieron varias semanas de disturbios y movilizaciones
callejeras. Fue como una válvula de escape. Muchas demandas que se
mantenían latentes han salido a la luz pública durante esas
jornadas. Activistas sexodiversos turcos han aprovechado para ondear
banderas arcoiris en medio de las revueltas. Aunque no se puede
comparar con la primavera árabe que vivieron otros países vecinos,
nos entra un fresquito saber que dentro de Turquía hay gente que
está dando la pelea para la construcción de una sociedad más
respetuosa de las diferencias.
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