Esta reseña recoge la participación de un grupo de mujeres sexodiversas en la marcha por el respeto a la diversidad sexual de Caracas del año 2009. Está escrita por las integrantes del colectivo Las Deseantes y es un banquete de texto. Hace falta que comencemos a escribir nuestra historia, la historia sexodiversa latinoamericana y caribeña. Acá un granito de arena de nuestras compañeras de Las Deseantes.
El domingo 28 salimos a marchar algunas de Las Deseantes, un grupo pequeño de mujeres con pancartas, consignas y panfletos. Casi desde el primer momento las pancartas y las consignas dejaron de ser nuestras. Pasaron a ser de un montón de mujeres desconocidas, diferentes, que compartieron con nosotras la necesidad de hacerse visibles, de pisar firme, de marcar su presencia en la calle, simplemente como lesbianas.
Jovencitas, mayores, mujeres de diferentes edades, procedencias y estilos, nos miraban al principio con asombro, pero luego, o a la vez, con absoluta naturalidad. Y se nos unían inmediatamente. Sin explicaciones, sin presentaciones, asumiendo como suyos gritos y pancartas. Algunas se unían sólo manifestando su emoción, pues no se atrevían todavía a gritar una consigna lésbica o a alzar alguna de las pancartas. Incluso recibían el pequeño panfleto con temor.
De cualquier modo, la reacción de las chicas que junto a nosotras pasaban y se incorporaban, sin preguntar de qué grupo éramos, sin conocernos, sin desconfianzas, sin importan nada, excepto que también somos lesbianas, dice muchas cosas. Esto nos habla de la necesidad de encontrar un lugar colectivo para hacerse ver y escuchar.
Habla de lo ávidas que estamos de espacios, físicos y simbólicos. Habla de la necesidad de nombrarnos como mujeres lesbianas….
Necesario, impostergable, obligatorio: no abandonar las poquísimos zonas de visibilidad que hay. Pelearlas, conquistarlas, y crear más.
Crear: celebrar fiestas de lesbianas, organizar reuniones para hablar de nuestros temas, aparecer en espacios mixtos siendo lesbianas; no ceder jamás a diluirnos en el discurso gay, apropiarnos de nuestro propio nombre: lesbianas; escribir artículos como lesbianas, hacer foros de cine lésbico; tener fechas de encuentros; crear nuestra propia marcha. Ser visibles. Ser francas. Ser auténticas. Ser lesbianas. Punto.
No somos triunfalistas. Sabemos que apenas hemos irrumpido, que se trata de una tarea colectiva que apenas empieza. Pero creemos que es necesario celebrar este momento de encuentro y de visibilización.
Estamos convencidas de que no habrá otro mes del “orgullo” en Caracas sin lesbianas visibles. Eso es un triunfo. Pero también sabemos que ese día tiene que multiplicarse. Que la visibilidad nos es cuestión de un día, es una práctica diaria, una lucha colectiva. Para allá vamos…
LAS DESEANTES
Raras, insurgentes y chavistas
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