«¡Apúrate, Jesús, que ya van a ser las doce!», le gritaba la hermana desde el balcón. Ya toda la familia estaba reunida. «Nosotros para recibir el año nuevo, tenemos un ritual –relata Medina–, nos ponemos en el balcón de la casa de mi mamá que da al puerto de Guanta y vemos los barcos lanzar una luz roja de esas de salva y los fuegos artificiales. Es muy bonito. Siempre nos ponemos allí y escribimos en un papelito nuestros deseos para el año que viene, lo rompemos y lo arrojamos. Yo antes escribía nunca quiero que mi familia se entere que soy gay».
De eso ya han pasado varios años y el deseo no se cumplió. En la actualidad Jesús Medina dirige una ONG que trabaja con LBGTI en el país, coordinó las celebraciones del mes de la sexodiversidad por varios años y es una figura pública de la comunidad LGBTI venezolana.
Este reseña biográfica forma parte de mi tesis de pregrado. Si deseas leerla completa haz clic aquí.
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